La covid-19 sigue afectando -y más en las últimas semanas- a trabajadores en Burgos y generando bajas laborales en la provincia pero, a diferencia de los últimos dos años, ya no es la causa que motiva los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Porque sigue habiendo ERTE, en concreto, 71 vigentes y con 2.034 trabajadores implicados  a fecha del 30 de junio, pero todos ellos se justifican por causas de tipo económico, técnico, organizativo o de producción, la mayoría de ellas derivadas de los problemas logísticos e industriales que se arrastran desde la pandemia. 

La industria, según los datos facilitados por la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León,  aglutina 30 de los 71 ERTE en activo en la provincia y compromete a 1.721 trabajadores. Se aplican puntualmente dependiendo de las circunstancias de la producción, avisando a la parte de la plantilla afectada con una semana de antelación. 

Detrás de estas suspensiones temporales hay problemas con los suministros que impiden mantener el ritmo de fabricación, principalmente de microchips o de algunos componentes cuya producción y transporte se ha visto dificultada tras el parón de la crisis sanitaria. 

En este caso, es la industria auxiliar de la automoción la que más recurre a esta fórmula laboral para proteger su empleo. Es un sector muy dependiente de la llegada de componentes de Asia, donde todavía están activos los cierres de puertos marítimos cuando se detecta un nuevo brote de coronavirus entre la población local.

Los ERTE en activo se vienen prorrogando desde el pasado año y muchos de ellos caducan a finales del presente año, aunque algunos todavía incluyen los primeros meses de 2023. Muchas empresas van a mantener esta medida, negociada con los sindicatos y autorizada por Trabajo, como precaución ante eventuales cuellos de botella en los suministros. 

La situación en la industria de la automoción ha mejorado en las últimas semanas y los grandes fabricantes empiezan a disponer del suministro suficiente como para garantizar su ritmo de ensamblaje de vehículos.  

Matizar que, de los 30 ERTE vivos en la industria burgalesa, 5 son de reducción de jornada, con 84 trabajadores afectados.

Servicios. El sector servicios mantiene 41 ERTE pero el número de trabajadores, 313, va en disminución. 

Tres de los expedientes registrados por Trabajo hasta julio han sido de extinción, lo que ha implicado la salida de 30 personas. Los 38 restantes son expedientes temporales: 20 de suspensión (150 empleados) y 18 de reducción de jornada (133 personas).

La hostelería, en su momento el mayor solicitante de expedientes, ha ido recuperando la normalidad y está en plena actividad con la temporada alta de turismo. Puede quedar alguna suspensión o reducción de jornada en algún ámbito del comercio, aunque la incidencia es mínima. 

Turismo. La reforma laboral creó el denominado Mecanismo RED, que permite a las empresas pertenecientes a sectores que han sufrido cambios estructurales y permanentes adoptar medidas de transición y recualificación profesional.

Por el momento y desde el 1 de abril, dentro del REDestán las agencias de viajes, cuya actividad se ha visto afectada por las restricciones en los vuelos y el cierre de fronteras en los últimos dos años. 

En Burgos hay 3 ERTE activos dentro de este mecanismo: uno de suspensión, con 6 trabajadores afectados y 2 de reducción de jornada, al que se han acogido 3 empleados. 

La cifra de trabajadores en expediente en el sector de las agencias de viaje se ha reducido significativamente en las últimas semanas al llegar el periodo veraniego. A día de hoy, no hay restricciones sanitarias significativas para desplazarse a cualquier destino turístico.

 El Mecanismo RED para las agencias de viajes estará vigente hasta final de año, hasta el 31 de diciembre de 2022.