"Los jóvenes prefieren trabajar por cuenta ajena que propia"

Óscar Fraile
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Aunque nació en Burgos, es palentino de adopción. Tiene 54 años y en la actualidad es gerente de dos comercios textiles en la capital palentina. De hecho, ha estado vinculado a este sector durante toda su vida.

Domiciano Curiel. - Foto: Óscar Navarro

Domiciano Curiel asumió la Presidencia de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León hace dos años para relevar a Soraya Mayo, quien inició por entonces su carrera política como candidata de Ciudadanos al Congreso. Durante la mitad de su periodo como presidente ha tenido que lidiar con las dificultades que han atravesado estos profesionales para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

¿Qué le parecen los nuevos trece tramos de cotización para los autónomos que ha propuesto el Gobierno?

Nos parece un poco surrealista porque no han estado consensuados ni con las asociaciones de autónomos ni con los sindicatos. Lanzar un globo sonda para ver cómo reacciona el colectivo es surrealista. Habrá que ver en qué puede derivar, pero desde luego no es bueno empezar a implantar medidas sin ni siquiera hablar con los afectados.

Independientemente de las formas, ¿qué le parece el contenido de la propuesta?

Es un ataque en la línea de flotación de la reactivación económica. La propuesta de esos tramos por rendimiento es caduca. Nosotros exigimos que se actualice esa forma de medir los ingresos netos. Con esa propuesta se podría haber dado el caso de que en pleno mes de abril del año pasado hubiéramos tenido que pagar los rendimientos netos de un año antes, y eso es ridículo. Ese pago tiene que estar actualizado prácticamente mes a mes o cada dos meses. Hay que empezar por ahí. Respecto a los tramos, también es ridículo. No puede ser que un autónomo que tenga un rendimiento neto de 6.000 euros tenga que pagar una cuota de 1.440 euros. O un autónomo que gane 32.000 euros tenga que pagar una cuota de 6.540 a la Seguridad Social y otros 6.250 de impuesto a la renta. Y hay que tener en cuenta que, aparte de esto, parte de los beneficios del autónomo muchas veces se tienen que reinvertir dentro de la sociedad para que no se quede caduca.

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, sostiene que con esta propuesta dos de cada tres autónomos pagarán menos que ahora.

Veremos a ver en base a qué estudio se ha hecho ese análisis. Con todos mis respetos, creo que el ministro se equivoca. Más o menos el 70 por ciento de los autónomos factura por debajo del 50 por ciento respecto a antes de la pandemia, y a partir de ahí tenemos que analizar los casos. Creo que la retribución tiene que ser voluntaria y actualizada.

¿Tanto ha afectado la pandemia a los autónomos, pese a las ayudas concedidas por el Gobierno?

Ha sido muy dura. En torno al 20 por ciento de los autónomos ha trabajado más que antes de la pandemia, otro 15 por ciento se ha mantenido y el resto ha ido por debajo. El problema es que ahora hay que devolver los créditos ICO que se han pedido, nos hemos endeudado mucho y los ingresos crecen muy lentamente. Yo soy más partidario de las ayudas directas, que es lo que realmente puede aliviar a los autónomos que están asfixiados. Siempre que se cumplan unos requisitos, por supuesto.

En alguna ocasión se ha quejado del reparto de ayudas, al considerar que ha sido muy desigual por comunidades…

Sí, hemos visto que comunidades como Ceuta, Melilla y Canarias han sido favorecidas, mientras que Castilla y León ha salido mal parada. Hay que tener en cuenta que no todos los sectores lo han sufrido por igual, por eso nosotros pedimos que se tengan en cuenta el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) para repartir estas ayudas. Todos somos autónomos, pero está claro que negocios como los de alimentación o construcción no han sufrido tanto como los taxis y gimnasios. Por eso hay que mirar el IAE para ser más justos, ya que nos estamos jugando los recursos de los españoles y hay que analizar muy bien cada partida.

¿Por qué cree que se producen esas diferencias entre comunidades?

Yo creo que el Gobierno central ha querido favorecer un poco más a las comunidades gobernadas por su partido. Si no, no se puede explicar esas diferencias de reparto. Nuestra interpretación es que ha sido un reparto partidista.

¿Cómo ha evolucionado el número de autónomos en Castilla y León y Valladolid en los últimos meses?

Desde diciembre hasta abril hemos recuperado 123 autónomos en la provincia. Lo más importante ha sido el transporte, con 53 autónomos más; construcción, con 35; y actividades científicas, con 53. La hostelería pierde 21. De los 273 autónomos que gana Castilla y León en este periodo, 123 son de Valladolid.

Teniendo en cuenta que ya se empiezan a relajar las medidas restrictivas y que parece que, desde el punto de vista sanitario, se empieza a ver un poco de luz al final del túnel, ¿cómo ve el futuro de la economía a medio plazo? ¿Es optimista?

Complicado, aunque soy más optimista que hace cuatro o cinco meses. Todo depende del ciudadano de a pie, de si consume en Castilla y León para apoyar a nuestras provincias o si prefiere seguir ahorrando y que ese dinero siga en las entidades bancarias, algo que no favorece a la economía. Se ve una pequeña luz al final del camino, pero queda mucho por recorrer. Hay muchos sectores que siguen muy tocados.

Uno de los problemas que más ha afectado al colectivo de autónomos en los últimos años es el de la morosidad. ¿Ha contribuido la pandemia a agravarlo?

Sigue estando ahí, pero es cierto que ahora la Administración está haciendo un esfuerzo importante para cumplir con los plazos. No tendría sentido estar por un lado dando ayudas para luego no pagar las facturas. Pero es cierto que los autónomos se han endeudado más, y eso puede hacer que las relaciones entre particulares y negocios sean un poco más complicadas, porque no se generan recursos para pagar a los proveedores. Antes era al revés, el problema estaba en el ámbito público.

¿De ese sobreendeudamiento del que habla se puede interpretar que el grifo de las entidades financieras ha estado suficientemente abierto en estos tiempos de dificultades?

Las entidades bancarias han puesto en marcha todos los mecanismos para poder dar esa financiación. Pero, repito, es muy peligroso que nos endeudemos por encima de lo que podemos hacerlo. Un fácil acceso a la financiación puede suponer un problema después para devolverlo. Cuando pides un crédito lo haces en base a una previsión futura de ingresos, y si eso no se cumple… tenemos un problema. Nos estamos recuperando, pero muy, muy lentamente.

¿Hasta qué punto afecta la falta de relevo generacional en el entramado empresarial?

Afecta mucho. Hay que dar facilidades para emprender y vemos que propuestas como la de los tramos de cotización propuestos por el Gobierno castigan mucho. Ahora mismo, cualquier joven prefiere trabajar por cuenta ajena que por cuenta propia. Falta cultura de emprendimiento.

¿Y cuál cree que es la raíz de ese problema?

Hace cinco o seis años se hizo un estudio que revelaba que el 95 por ciento de los universitarios quería ser funcionario. Al final la gente emprende por necesidad. Por muchas ayudas que se den, lo que hay que hacer es proteger más al autónomo, sobre todo a los que tienen más de 50 años, que ya han aportado y pueden estar atravesando problemas, ya sea por su falta de capacidad de trabajo o porque la vida da muchas vueltas. Si no conseguimos esa cobertura social, es difícil que la gente quiera emprender. Muchas veces nos sentimos utilizados, sobre todo en época electoral.

Poco después de asumir la Presidencia dijo que uno de sus objetivos era que los autónomos tuvieran la presencia que se merecen en el Diálogo Social. ¿Ha podido avanzar en este sentido?

Estamos dando pequeños pasos, con la integración dentro de Cecale, que también se ha dado a nivel nacional. Y ahora tenemos que seguir avanzando. Posiblemente haya cambios dentro de poco en la Junta de Castilla y León para hacer de la Mesa del Autónomo algo más importante, en la que tengamos un peso más específico para que no haya subvenciones que se pierdan en el camino. En breve conoceremos alguna noticia al respecto. Tenemos que estar presentes porque somos un pilar básico de Castilla y León y España.

Otro de sus objetivos era fomentar la profesionalización de los autónomos. Quizá no se haya dado el escenario más adecuado para avanzar en este camino. ¿Lo han hecho?

Bueno, la verdad es que han sido meses muy complicados. Estamos dando asesoramiento dentro de la Formación Profesional para que se conozca un poco más al sector de los autónomos, pero es cierto que nos queda recorrido. No hemos llegado donde queríamos, es una asignatura pendiente.

¿Qué pueden aportar los autónomos para luchar contra la despoblación en la Comunidad?

Lo primero es que la Administración dé una cobertura y una ayuda importante, como Dios manda, no con propinas, para que se emprenda. Lo segundo que hay que asumir es que, si no tenemos emprendedores de dentro, habrá que dar facilidades a los que vengan de fuera. Hay que facilitarles toda la cobertura que necesiten para afrontar la digitalización. Por nuestra parte, tenemos la obligación de adaptarnos a estos nuevos retos tecnológicos. En Castilla y León, si hacemos las cosas bien, hay un futuro importante.

¿La implantación del teletrabajo y la prestación de servicios de forma telemática ha sido una zancadilla o una oportunidad de transformación para los autónomos?

Depende del sector. En general, creo que puede ser una oportunidad.

¿La cultura del asociacionismo está implantada entre los autónomos?

Durante la pandemia ha crecido el número de autónomos que hay en la asociación. Es muy importante estar asociado porque es una forma de hacer fuerza. Además, como asociado que soy y que paga su cuota, puedo decir que recibo una importante cantidad de información y servicios. No hay que olvidar que todos los grandes empresarios fueron autónomos alguna vez.