Revilla del Campo se muestra más unida que nunca para salvar la ermita de San Juan Bautista, un ejemplo de fábricas románicas del siglo XII que se ha ido deteriorando con el paso de los años desde que se dejó hace unas tres décadas de usar para el culto. Pero fue hace algo más de un año cuando se desplomó gran parte de la cubierta de la cabecera y el presbiterio, alertando al Ayuntamiento y a los vecinos del grave peligro que corría el templo.
Unos y otros están dispuestos a colaborar para conseguir la financiación necesaria para restaurar la ermita, tal y como se puso de manifiesto en una reunión a la que asistieron unas 40 personas, entre ellas el alcalde y los concejales y miembros de las dos asociaciones de la localidad, El Toro Muino y Ribulus. Todos aplaudieron y hasta respiraron tranquilos cuando el concejal Manuel Gil explicó que el Ayuntamiento ya ha encargado al arquitecto municipal una memoria de lo que puede suponer el coste del arreglo de la ermita y que , incluso, ha comenzado los trámites para matricularla a nombre del municipio. A la espera de ese informe, se calcula que el presupuesto puede rondar los 30.000 euros.
Gil explicó que el Consistorio está dispuesto a financiar parte del coste, abogando, como también lo hacen los vecinos por buscar otras fuentes de financiación a través de las administraciones públicas y, especialmente, de una campaña de crowdfunding que se llevaría a cabo con Hispania Nostra, con quien algunos vecinos ya se han puesto en contacto, una vez que la ermita ha entrado en la Lista Roja.
En este sentido, María Concepción García, en nombre de las asociaciones de la localidad, explicó que para dar ese paso del micromecenazgo es necesario que el titular del inmueble lo autorice, de ahí que los vecinos se congratulen de que el Consistorio pretenda registrar San Juan. Por otra parte se recordó que el propio Ayuntamiento ya pagó hace años la reparación de parte del tejado que se había hundido y se retiraron del templo las imágenes y objetos más valiosos para preservarlos ante las malas condiciones del inmueble.
En todo caso, desde el Ayuntamiento se confirmó ayer que no se han puesto en contacto en los últimas semana con las autoridades eclesiásticas. Por parte de la Diócesis no hay ningún impedimento para que los representantes municipales y vecinos de la localidad busque la financiación para recuperar la ermita, como de hecho se está haciendo en otros inmuebles de la provincia, explicó a DB Carlos Izquierdo, vicario general, que en todo caso no entiende que el Revilla del Campo quiera registrarla a su nombre puesto que, aseguró, este templo románico es propiedad del Obispado, como lo atestiguan varios documentos. «Que no esté registrado no quiere decir que no tenga propietario», recalcó el representante diocesano, que añadió que lo habitual es hacer una cesión de uso y que por parte del Arzobispado no hay inconveniente en ese sentido como tampoco en apoyar cualquier iniciativa para restaurar ese bien patrimonial, como en otras muchas iglesias y ermitas burgalesas.
Esa misma opinión había mostrado el párroco de Revilla del Campo, que asistió a la reunión de ayer convocada por los vecinos, manifestando igualmente su apoyo y el de la Diócesis a cualquier iniciativa que se saque adelante para recaudar fondos y salvar San Juan.