Los hermanos Martínez (Jesús, Epifanio y Nicanor) dirigieron una de las empresas alimentarias más sobresalientes y populares del pasado siglo en Briviesca, «el corazón industrial y laboral de la Bureba» para muchos. En 1999 traspasaron la planta de Repostería Martínez al grupo Bimbo. Trabajadores de por aquel entonces hablaron de una «decisión muy meditada y dolorosa» y otros de «un futuro lleno de optimismo». Los casi 500 empleados pasaron de formar parte de una empresa familiar a una plantilla de una gran multinacional con afán de desarrollo. 

Durante un tiempo, la familia Martínez estuvo presente en la nueva estructura organizacional y ocuparon puestos de responsabilidad. Pero los cambios no cesaron y en 2009 la empresa cayó en las manos del Grupo Siro y en mayo de 2017 en las de Cerealto, que también compró la planta de Antequera. 

En noviembre de 2018 Siro y Cerealto cerraron un acuerdo para su integración en un mismo grupo alimentario multinacional, Cerealto Siro Foods, dedicado a la fabricación de marcas para terceros con unos datos consolidados estimados al cierre de ese año superiores a 600 millones de facturación y una producción superior a 400.000 toneladas. Esta unión contempló la venta de varias fábricas de bollería, entre las que se encontraba la de Briviesca.

Desde que la compañía anunciara la intención de enajenar sus cinco plantas de bollería y pan pasaron dos años. Una operación que finalizó con la venta de la de la capital burebana en enero de 2020 al grupo italiano Morato Pane. A día de hoy, Mercadona es el principal cliente de la empresa, que en su momento asumió el compromiso de dar continuidad a la actividad para incrementar la carga de trabajo.