Con sus 2.055 megavatios (MW) instalados en casi 80 parques operativos o próximos a operar, la provincia de Burgos es una de las mayores aportadoras directas al Producto Interior Bruto nacional por la generación de energía eólica, aportación que se cuantifica en torno a 250 millones de euros al año y que impulsan promotores, fabricantes de equipos y componentes y proveedores de servicios. El 0,49% del PIBespañol (5.539 millones) ya procede de esta energía renovable, peso que ha aumentado extraordinariamente en la última década y que irá en ascenso, siempre y cuando se cumplan unos planes de instalación de potencia eólica en los que Burgos sigue teniendo un papel destacado.
Así lo defiende la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la gran patronal del viento,en su último Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España, elaborado por la consultora Deloitte. En la reciente presentación de este trabajo se insistió en el mensaje de que el ritmo de instalación de potencia eólica «está muy por debajo del necesario para cumplir con los objetivos españoles y europeos», recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (2022-2025).
De hecho, en 2021 se instalaron 845 MW eólicos en nuestro país (155 MW en Castilla y León), cuando el objetivo anual se ha fijado en 3.123 MW. España cuenta con 28.140 MW operativos a fecha de 31 de diciembre de 2021, lo que le permite cubrir hasta un 24% de su demanda eléctrica con el viento.
Parte de esa necesidad de levantar nuevos parques eólicos se focaliza en la provincia (donde hay varios proyectos en tramitación) y, por extensión, en el resto de Castilla y León, que se mantiene como la primera comunidad autónoma generadora de energía eólica nacional, con 13.255 gigavatios hora (GWh) en 2021, el 21,9% de la producción total. Burgos, con 4,5 teravatios hora (TWh) de generación, es la tercera provincia con más peso eólico de España, tras Zaragoza y Lugo, respectivamente.
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