Sublevación contra la suspensión hoy del mercadillo de Lerma

F. TRESPADERNE
-

Los vendedores ambulantes han cumplido sus amenazas y han montado sus puestos pese a la orden municipal que lo prohibía. La Guardia Civil ha acudido al lugar y a las 12 del mediodía en la plaza de la villa ducal ya no había actividad

Sublevación contra la suspensión hoy del mercadillo de Lerma

La decisión del Ayuntamiento de Lerma, por razones de seguridad sanitaria, de suspender el mercadillo previsto para hoy y el resto de los programados para este mes de agosto ha sublevado a los vendedores ambulantes que llevan años acudiendo a esta cita de los miércoles. Ayer amenazaron con montar sus puestos «porque es una medida discriminatoria» y, a pesar de la prohibición, así lo han hecho hasta las 12 de la mañana. La Guardia Civil ha acudido al lugar y les ha instado a desmontar el mercadillo al mediodía, dejando vacía la plaza de la villa ducal. «No hay motivos» para adoptar esta medida, lamenta la lermeña Laura Astorga, que señala que el lunes estuvo en el de Villadiego y ayer su familia estaba en el de Saldaña (Palencia).

«La gente está saliendo a trabajar, a las terrazas de los bares y hace colas en los supermercados... no entiendo por qué nosotros no podemos trabajar al aire libre y adoptando, como lo venimos haciendo, todas las medidas de seguridad», asegura Astorga, quien considera que se está estigmatizando a los vendedores ambulantes, en especial a los de Aranda. «Aquí vienen varios de Aranda, pero también de Cantalejo, de la Sierra de la Demanda, de Palencia, de Peñafiel y de Burgos, y todos nos preguntamos por qué no nos dejan trabajar en Lerma y vender productos de alimentación», manifiesta Astorga, quien recuerda que en la villa ducal se suelen instalar unos cuarenta puestos, de los que tres son de la Ribera.

La situación del sector de la venta ambulante, apunta Astorga, es «muy complicada porque no tenemos ayudas. En mi caso tengo tres niños y ya nos han prohibido trabajar cuatro meses y nos hemos tenido que apañar haciendo servicios a domicilio, pero ahora mismo si me suspenden la actividad y no me dan una ayuda, ¿con qué piensan que vamos a comer?», lamenta Laura entre lágrimas por no poder trabajar y porque «los mercadillos no están siendo lo que eran otros años porque la gente tiene miedo, pero es injusto que no nos dejen trabajar por una medida que consideramos arbitraria».

Laura no entiende la postura del equipo de gobierno del Ayuntamiento lermeño «porque en el resto de los pueblos no nos los han suspendido» y apela a la responsabilidad de los clientes y vendedores. «Soy la primera que si un cliente viene sin mascarilla le regalo una, somos los primeros que queremos que se cumplan las normas, pero no nos pueden quitar el mercadillo porque es nuestro medio de vida, no tenemos otro», insiste. Además, esta vendedora recuerda que el mercadillo de Lerma «abrió tres semanas más tarde que el resto por seguridad ciudadana, pero me pregunto qué seguridad ciudadana cuando la gente sigue en los bares, sale de botellón y a los merenderos... ¿y nosotros somos los que contaminamos?».

(Más información en la edición impresa)