El pasado mes de octubre se cumplió un año desde que El Corte Inglés bajó parcialmente la persiana en el edificio de la calle La Moneda para trasladar hasta el complejo de Parque Burgos sus tres plantas de moda. La mudanza no se quedó ahí, fue progresiva y culminó con el cierre definitivo del inmueble en mayo de este 2022, momento en que la sección de perfumería y cosmética, la única que permanecía en el inmueble, emprendió el mismo destino para ubicarse en las instalaciones que la firma del triángulo tiene junto a uno de los grandes accesos a la capital.
La marcha del Corte Inglés del centro ha dejado un importante vacío. Más allá del sentido literal de la palabra, que también. Durante las últimas décadas ha sido uno de los grandes referentes comerciales del casco histórico y el hecho de que ese edificio se encuentre en este momento vacío y en desuso es algo que no pasa desapercibido. Hasta el punto que el presidente de la Asociación de Comerciantes Centro Burgos y Zona Sur, Raúl Martínez, asegura que el cambio de ubicación «ya se ha notado en el día a día. No hay el mismo movimiento de gente que había antes», asegura.
Lo cierto es que recientemente ha existido la posibilidad de un relevo comercial para el céntrico edificio ya que durante varios meses El Corte Inglés ha estado negociando un intento de adquisición por parte de Inditex. La matriz de ZARA tenía interés en hacerse tanto con este inmueble como con el contiguo, el número 6 de Almirante Bonifaz (cuyas traseras dan a la Moneda).
Inditex dejó claro que le interesaba una operación conjunta para abrir un gran centro en la que está considerada como una de las grandes millas de oro del comercio de la ciudad. No hubo problemas para alcanzar un acuerdo con la propiedad del edificio del número 6 de Almirante Bonifaz, pero las discrepancias económicas con El Corte Inglés impidieron que se acercaran posturas. Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la cantidad que pedía la firma del triángulo por la compra del edificio se acercaba a los nueve millones de euros, una cantidad muy elevada para un inmueble que es necesario adaptar a la normativa en aspectos como las alturas, la accesibilidad... Dicho de otra manera, que para su rehabilitación deberá ser vaciado por completo sea cual sea el uso que se le pretenda dar. Es decir, no se trata solo de comprar el edificio ya que ponerlo en valor requiere al comprador de una inversión multimillonaria.
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