Cuando la suerte sonríe a los del 62

I.E.
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La cantina de Hontoria de la Cantera vende 30 décimos premiados con 12.000 euros cada uno de un número acabado en el año de nacimiento de su dueña, obsesionada con esas dos cifras

Marisa, la dueña de la cantina, posa con el décimo premiado y algunos de los vecinos agraciados. - Foto: Christian Castrillo

Una treintena de vecinos de Hontoria de la Cantera y la comarca han de agradecer a la dueña de la cantina del pueblo su obsesión por el número 62, la fecha de su año de nacimiento. Nada más convertirse en adjudicataria del establecimiento -en febrero de 2020- porfió con el propietario de la administración de lotería Don Pepe (calle Vitoria, 184) para que le hiciera llegar décimos terminados en esas dos cifras concretas, con las que en el pasado había ganado un premio de la ONCE. Pese a no ser fácil, Marisa Arija consiguió su propósito y este sábado el segundo premio de la Lotería Nacional regó de dinero a la localidad, pues vendió 30 décimos del 37.062, a razón de 12.000 euros cada uno. «No quepo en mí de alegría, la verdad, porque nunca me había pasado», confiesa.

Álvar Alonso, empleado de la administración, contactó con Marisa nada más terminar el sorteo, pasadas las 13,00 horas, para informarle de la buena nueva. En ese momento se hallaba con el panadero que reparte el pan en el pueblo, quien, para más señas, había comprado un décimo días antes. «Así que, ya ves, nos empezamos a reír y a abrazar de la alegría que nos dio», relata la mujer.

A partir de ese momento Marisa se puso telefonear o a mandar mensajes de Whatsapp a todos los contactos del pueblo que suelen cogerle lotería, para comunicarles que les había tocado. Algunos de ellos se acercaron al bar para celebrar y brindar por el premio, de modo que se improvisó una fiesta que duró hasta bien entrada la tarde. «Es verdad que no es una millonada, pero como ha estado muy repartido, pues felicidad para muchos», resumía muy feliz esta hostelera.

Marisa nunca había dado un premio de esta naturaleza. Lleva más de 30 años en el mundo de la hostelería «y ha sido la primera vez», reconocía. Del año 1991 al 2017 esta mujer de 58 años trabajó en el bar Liverpool de Gamonal, junto a su hermano. Después de ese periodo decidió abandonar la capital para irse a Mecerreyes, donde resultó adjudicataria de la cantina del pueblo. En 2019 se le acabó el contrato, pero la vida en el mundo rural le gustó y pujó por el bar de Hontoria de la Cantera, donde está «encantada», pues pese a la pandemia «los vecinos son fieles» al establecimiento y además va gente «de fuera».