El cultivo de chopo crece por falta de madera y su alto precio

R.E. MAESTRO
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Solo supone un 1,42% del total de la superficie forestal de la provincia, pero de pagarse de media 100 euros el metro cúbico el pasado año ahora llega a 160

Plantación de chopos a la orilla del Pisuerga, junto al puente de San Pedro Royales. - Foto: Jesús J. Matías

La provincia de Burgos cuenta solo con 7.200 hectáreas de choperas de producción y eso supone solo un 1,42% de la superficie forestal total, pero la rentabilidad actual puede generar que crezca el interés por cultivarlo de cara a los próximos años. El precio se ha disparado ante la escasez de madera y si el año pasado se pagaba 100 euros el metro cúbico para este ya ha ascendido hasta los 160 euros de media. «La industria demanda mucho más chopo, por lo que la subida debería ir unida a que quienes ahora pillen la 'burbuja' planten luego y que vecinos que ven esa situación se animen también», expresa Ana Belén Rodríguez, ingeniera de montes de la Asociación Forestal de Burgos.

Desde 2006 lleva esta asociación realizando unas subastas de lotes que en los últimas ediciones «han aumentado el precio exponencialmente». Sin embargo, el gran crecimiento se ha producido este 2022. «No se sabe cuánto tiempo va a durar este precio tan alto, por ello animamos a quienes tienen choperas a que se lancen a cortar y vender rápidamente», afirma Rodríguez. En la Comunidad se venden cada año a través de este sistema alrededor de 30.000 metros cúbicos y, en la última, de Burgos fueron hasta 5.000. Ahora se trata de un cultivo muy rentable y donde se han llegado a sacar de beneficio 1.000 euros por hectárea al año.

«Uno de los ingresos importantes para los ayuntamientos es la explotación de estas choperas, la mayoría de esos terrenos próximos a los ríos son de propiedad municipal», explica Ignacio Grajal, presidente de la Asociación Forestal de Burgos. Esta semana, en Melgar de Fernamental, se llevó a cabo una jornada con especialistas en la materia, donde se habló desde el interés de las empresas por esta madera de rápido crecimiento hasta de las posibilidades de comercialización. «Para municipios como San Llorente de la Vega, por ejemplo, pues le arregla el presupuesto cada cierto tiempo», dice, para avanzar que esta zona se alza como una de la que más posibilidades posee en este sentido dentro de la provincia.

En cuanto a las choperas de producción en Burgos, más allá de la mencionada zona del Pisuerga, se encuentran en la ribera del Ebro, del Duero, del Arlanzón o del Arlanza. «En el mapa está claro que lo marcan las riberas de los grandes ríos», afirma Ana Belén Rodríguez, que detalla que estos árboles proceden de viveros, tienen cinco o seis metros, y se plantan sin raíz. Necesitan unos terrenos muy concretos, con agua, pero su cultivo es a medio plazo puesto que se cortan a los 15 años y eso impide conocer a cuánto se venderá.

La madera de chopo no se puede producir de manera industrial y se puede desenrollar, cortar en láminas finas, y emplear para hacer tableros contrachapados. «Tiene la ventaja de que aunque sean terrenos muy pequeños se saca beneficio y siempre hay quien los corte», aseguran desde la asociación.