Han bastado dos tardes para que agentes medioambientales del Servicio Territorial de Burgos requisen más de 660 kilos de níscalos recolectados ilícitamente en los pinares del Páramo de Masa, donde se produjo un brote prolífico entre el jueves y el domingo de la semana pasada, que ha atraído a mucho aficionado a la micología pero también a algunas cuadrillas de aprovechados que buscan obtener beneficio en un territorio perteneciente al Valle de Sedano y que se encuentra sin acotar.

Solo durante la jornada de ayer, los trabajadores de servicio llenaron las cajas de dos vehículos oficiales con más de 40 banastas de esta seta, muy popular y fácil de distinguir por su color naranja, que se unen a los 483 kilos decomisados hace exactamente una semana en la misma zona. De hecho, algunos de los sujetos denunciados ayer  son reincidentes y acuden cada día, a partir de las 9 de la mañana, para intentar completar una jornada laboral de 8 horas y vender lo recolectado. «Se los pagan a 2,5 euros el kilo», explica uno de los agentes que ayer participó del operativo y que identificó a una pareja de rumanos con domicilio en Burgos capital. No opusieron resistencia y abrieron el vehículo en cuanto se lo requirieron, pero tampoco fue una situación cómoda para los profesionales. «La mujer se ha enfadado y se ha puesto, no agresiva, pero sí muy nerviosa y ha empezado a decir que si tenía 3 hijos...», explican. Sin embargo, no podían alegar desconocimiento, porque el día anterior fueron interceptados por los agentes de patrulla, que ya les explicaron que el máximo son 3 kilos por persona. «Tan poca memoria no creo que tengan», ironizan.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)