El caso de los dragones del Niño Jesús, en el limbo

H.J.
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Aunque inicialmente trasladó una consulta a la Junta de Castilla y León por la desaparición de estas figuras protegidas, el Consistorio admite ahora que no es posible saber cuántos faltaban antes y después de las obras

Antes todos los dragones originales tenían alas. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La verja del antiguo colegio Niño Jesús, recientemente reconvertido en viviendas de lujo, estaba salpicada originalmente con alrededor de 40 dragones alados. Figuritas mitológicas, fueron un diseño del arquitecto Vicente Lampérez en torno al año 1900 y durante décadas adornaron el cerramiento del edificio educativo. Pero a finales del mes de junio, tal y como denunció este periódico, quedaba menos de una decena y todos ellos estaban mutilados al haber perdido las alas o la cabeza.

Hace seis meses acababan de terminar las obras de remodelación del inmueble y la denuncia de un ciudadano en las redes sociales llamó la atención sobre las posibles consecuencias de estos trabajos. El Ayuntamiento de Burgos reaccionó poco después y el entonces concejal de Licencias, Julio Rodríguez Vigil, anunció que daría traslado a la Junta de Castilla y León del caso, por si fuera merecedor de algún tipo de sanción o la obligación de reponerlos, puesto que es un bien patrimonial protegido expresamente en el Plan General de Ordenación Urbana. Sin embargo, finalmente el caso se dejará pasar.

El nuevo responsable del área, Miguel Balbás, explica que ha habido contactos con la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León pero que se ha decidido no formular ninguna petición concreta puesto que un repaso a fotos recientes del cerramiento han permitido comprobar que las desapariciones se remontan a tiempo atrás y no solo al periodo en el que ha habido obras.

La propia empresa constructora, al conocer la denuncia pública en junio, reconocía que cuando ellos comenzaron a trabajar quedaban únicamente 13 o 14, por lo que bajo su 'custodia' habrían desaparecido alrededor de cinco. Pero Balbás apunta que durante los años precedentes ya fueron sustraídas o dañadas muchas figuras, por lo que sería difícil establecer las responsabilidades a la hora de una posible reposición en el cerramiento perimetral que da al Paseo de la Audiencia, a la plaza de Castilla y a la calle Aparicio y Ruiz.

Cuando el Consistorio realizó la primera consulta a la Junta, siempre de manera informal, ya advertía Rodríguez Vigil que no estaba clara la conveniencia o no de reponer los dragones, pues su reconstrucción podría «tergiversar» el conjunto pese a tratarse de elementos expresamente protegidos en la normativa urbanística, que al igual que la fachada deberían ser respetados y cuidados. Sin embargo, no han llegado nunca a debatirse formalmente en la Comisión de Patrimonio.

Protección expresa. El cierre de la parcela del antiguo colegio Niño Jesús está recogido en el catálogo de edificaciones protegidas del PGOU como una «cerca integrada por reja metálica, portones de acceso, muretes de ladrillo y elementos constructivos en ladrillo que a modo de pilares o pilastras modulan de forma armónica todo el vallado perimetral. Incorpora elementos ornamentales en piedra con función protectora de las fábricas, fundamentalmente en la coronación de pilares, albardillas y basamento».

Continúa la misma ficha del inmueble comentando que se ampara «la protección del vallado perimetral que constituye el cierre de parcela (...), su composición, materiales y elementos constructivos (rejería, portones de acceso existentes, elementos decorativos en piedra y ladrillo, etcétera)». 

Desde el Ayuntamiento advierten, en cualquier caso, que la obra todavía no ha obtenido la licencia d primera ocupación porque todavía falta por superar algún reparo puesto por los técnicos municipales relacionado con la urbanización exterior de la parcela.