El gerente del HUBU, José María Romo, urgió ayer la aprobación de las peonadas (algo que tiene que hacer la Consejería de Sanidad) para tratar de contener unas listas de espera del todo desbocadas en el complejo: 7.734 personas pendientes de cirugía (mil más que a finales de junio) y 33.502 que aguardan por una primera consulta con el especialista (4.140 más que a finales de junio). Son cifras históricas para el hospital de la capital, que en lo relativo a consultas externas nunca había alcanzado semejante volumen de enfermos a la espera y, en el caso de las cirugías, solo se aproximó a finales de 2012, tras el traslado del General Yagüe al HUBU.

Los datos de Burgos no son los peores de la Comunidad, los superan los hospitales de Salamanca y León, con más de 8.000 enfermos a la espera de entrar en quirófano en cada uno de ellos. Sin embargo, el HUBU sigue teniendo las demoras más largas de los catorce centros sanitarios públicos de la Comunidad: 196 días de media para una cirugía (es decir, algo más de seis meses y medio) y también los peores datos para primeras citas con especialistas. De los cinco grandes, solo el vallisoletano Río Hortega (el más comparable al HUBUpor tamaño, cartera de servicios y población de referencia) parece haber superado lo peor de la pandemia en su bloque quirúrgico con unas listas a las que podría atribuirse el adjetivos de 'contenidas': 4.356 personas pendientes de cirugía, pero 24.881 para primeras consultas.

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