Con el verano agonizando y la llegada de un otoño burgalés siempre gélido, las comunidades de vecinos no tardarán en encender las calderas centrales. Puede que en dos o tres semanas. En esta campaña habrá más de un temblor a la hora de accionar el botón, porque se avecina un impacto en las cuotas mensuales que van a dar más de un susto. La subida de los costes energéticos se ha notado desde que se inició la invasión de Ucrania, pero los expertos advierten de que no se asemeja ni una décima parte a lo que se les viene encima a las familias a partir de octubre. Tratar de que el impacto a los bolsillos de los propietarios sea el menor posible es la principal tarea de los administradores de fincas. Desde el Colegio de Burgos avisan de que no solo habrá una subida de las cuotas, también una reducción de horarios.  

Es difícil saber qué subida de los precios van a tener que soportar las comunidades de vecinos con calefacción central, pero a nivel nacional los administradores de fincas hablan de una media de un 20% o un 30%. Un incremento que en zonas como Burgos, donde el invierno es más frío que en el resto de España, podría ser incluso superior. Si se cumplen los peores pronósticos, ni la bajada del IVAal 5% acordada por el Consejo de Ministros va a aliviar el impacto para las familias. 

«El elevado incremento de los costes de la energía va a afectar, y mucho, a las comunidades de propietarios», vaticina Sergio Javier Carrasco, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Burgos y Soria, quien opina que los vecinos van a tener que combinar una reducción de las temperaturas y también de los horarios de encendido con una subida de las cuotas fijas de calefacción central. Dicho de un modo más coloquial, se van a tener que apretar el cinturón como pocas veces se recuerda. 

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