Fue la fuga más sonada de la reciente historia de España y uno de los hitos de la Transición. De La Modelo, siniestro penal barcelonés, quintaesencia de un sistema penitenciario deshumanizado y cruel, se escaparon 45 reclusos el 2 de junio de 1978. A la cabeza de todos ellos, un delincuente común amamantado en el lumpen más miserable de los bajos fondos: Juan Diego Redondo Puertas, conocido como 'Dieguito el Malo', atracador desde los quince años y también cabeza visible de la Copel (Coordinadora de Presos en Lucha), movimiento surgido a mediados de aquella turbulenta década de los 70 que reclamaba un mejor trato para la población encarcelada. La recién estrenada película Modelo 77 se centra en este episodio, en el que 'Dieguito el Malo', que se pasó la mayor parte de su vida entre rejas, donde siempre fue un kie (líder, jefazo, capo en la jerga de la trena), tuvo un papel estelar.

Durante dos semanas, medio centenar de presos excavaron un túnel que conectaba el hueco del montacargas de la sala de enfermería con el alcantarillado de la ciudad. Trabajando las 24 horas del día, en turnos de cinco y utilizando cucharas, platos y muelles de colchones, lograron excavar un túnel de 18 metros de largo por 1,60 de alto. Aunque Dieguito pretendía que se escaparan los 600 presos de la cárcel, sólo 45 lo consiguieron. Él fue uno de ellos. Pero la libertad le duró muy poco. Organizó una banda con la que dio palos a diestro y siniestro hasta que, poco tiempo después, huyendo de la Guardia Civil tras el enésimo atraco, fue acribillado por una ametralladora en Castelldefels. Estuvo clínicamente muerto, pero tres meses después se recuperó de sus heridas y recaló en la cárcel de Burgos.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)