No es extraño, aunque tampoco es la norma, que cada año se anulen cientos e incluso varios miles de expedientes sancionadores que el Ayuntamiento no llega nunca a cobrar. En términos porcentuales han podido llegar a representar alrededor de un 5% de los procedimientos abiertos (en el caso de las multas de tráfico) y la explicación más habitual a esta situación suele obedecer a que en ocasiones la eficacia y la burocracia no se llevan demasiado bien. En otras ocasiones, los problemas a los que se enfrenta la Administración se deben a que, sencillamente, el contribuyente no cumple con sus obligaciones, a que son insolventes o a que ambas partes entran en un conflicto que puede tardar años en resolverse. Todos estos factores, y alguno más, son los que hacen que en el Consistorio hayan calificado como de «dudoso cobro» la recaudación de más de 4,4 millones de euros en multas, de toda índole, tramitadas entre los años 2017 y 2021.

Solo procedentes del ejercicio 2021, el Ayuntamiento tiene pendiente el ingreso de 3,4 millones de euros procedentes de multas de todo tipo y de esa cantidad considera que hay 2,2 millones que serán difíciles de ingresar nunca, tal y como detalla el Informe a la Liquidación de la Liquidación del Presupuesto del ejercicio pasado elaborado por la Intervención General del Consistorio capitalino.

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