Hace 10 años Aitor Córdoba jugaba por divertimento en el Nacional Juvenil del Leioa. El fútbol profesional no era su objetivo y solo buscaba pasar un buen rato con sus amigos. Una década después se ha hecho un hueco en la Segunda División por méritos propios y se ha convertido en una pieza clave para que después de 6 jornadas el Burgos CF siga imbatido. Aquel joven de 17 años ha mejorado con el paso de los años como los buenos vinos y, sin hacer demasiado ruido, ha ido subiendo escalones en el complicado mundo del fútbol para convertirse en unos de los defensas de moda de la Liga SmartBank.
Cumple su cuarta temporada en el Burgos CF. Fue uno de los primeros fichajes de la era Caselli en el verano de 2019, aunque llegó de la mano de Fernando Estévez. Su evolución es indiscutible y cuanto mayor ha sido la exigencia más ha destacado el vizcaíno.
Su padre deportivo es el técnico vasco David Movilla, un entrenador que vio algo diferente un espigado defensa del equipo juvenil del Leioa y se subió al primer equipo con solo 17 años. «Si no me llega a dar la oportunidad igual hoy no estaba jugando al fútbol», respondía en abril de 2021 Aitor Córdoba cuando el Burgos estaba a unos días de medirse al Zamora que entrenaba Movilla en la segunda fase del campeonato liguero 20-21 en el que el conjunto blanquinegro logró el ascenso.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)