Un amanecer de cine que ni pintado

ALMUDENA SANZ
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Starter Proyectos Culturales vuelve al Festival Octubre Corto de Arnedo (La Rioja) con un mural realizado por Regue Mateos, que homenajea a José Luis Cuerda y hace un guiño a las tradiciones y paisaje del pueblo

La nueva intervención está a pocos metros de otra dedicada a Harry ‘El Sucio’ de hace dos años. - Foto: Estela Rojo

Cuando el cabo Gutiérrez se levanta, apunta al sol con su pistola y suelta eso de ‘¡Yo no aguanto este sindiós!’ en el final de Amanece, que no es poco, bien podría dirigirse a este tiempo actual, más surrealista que el que José Luis Cuerda pintó en su película más emblemática. Un filme de culto que StARTer Proyectos Culturales, un colectivo de dos que apuesta por el arte urbano y está detrás de los murales de Agés o los del Certamen de Coreografía en Burgos capital, ha elegido para su segunda intervención en Octubre Corto, el festival de cine de Arnedo (La Rioja), que, no podía ser de otra manera, ha sufrido los vaivenes de la pandemia y cruza los dedos para poder celebrarse este mes de diciembre tras posponerlo en su fecha, y que incluye en su cartel un homenaje al cineasta fallecido en febrero. Las restricciones impiden, de momento, las proyecciones, pero el celuloide ya palpita en la capital riojana del calzado. Y entre los responsables se encuentra Regue Mateos. El artista burgalés realiza su personal adaptación de un fotograma de la cinta en un mural que empezó el lunes y esperaba concluir hoy. 

Ha escogido la escena del bautizo en el huerto. En esta versión recibe un ajopuerro, un producto típico de Arnedo, protagonista de una fiesta en la que se comen a la brasa, al estilo de los calçots catalanes. El guiño a los anfitriones se completa con el cambio del paisaje de los pueblos de Albacete, donde se rodó el largometraje, por el perfil de la localidad riojana coronada por su castillo. 

«A mí me toca de cerca. Cuerda fue profesor en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca, yo estudié allí y, aunque no fui alumno suyo porque soy más joven, sí hubo compañeros que hicieron de extras en el rodaje», anota Mateos desde la grúa que lo mantiene en las alturas, con sus acrílicos, sus brochas y rodillos -«el pincel solo para el ojo», bromea-. 

La pared a la que se asoma este surrealista universo tiene unos 18 metros de alto y 6 de ancho. ¡Y ohlalá! Quedará irreconocible hasta para los propios vecinos, que ya lo vislumbran a su paso y se quedan maravillados. 

Esta intervención se encuentra a escasos metros de la primera colaboración de StARTer en Octubre Corto hace dos años, por su veinte aniversario, con el patrocinio de la marca de zapatos Callaghan, que cumplía 50. Se amplía el plano y, ¡guiñazo!, aparece Harry El Sucio. Un enorme Clint Eastwood que, en vez de con su magnum, apunta con una súper 8. 

Al margen del festival, el colectivo burgalés, formado por Mateos y Estela Rojo, con raíces maternas en la zona, firma, con el mecenazgo del Ayuntamiento, un tercer mural que aplaude el trabajo de las mujeres en la industria del calzado, sin remuneración, a la sombra, desde casa. 

Tres homenajes a golpe de brocha que son contingentes y también necesarios.