La hostelería vivirá la vuelta de 4 rutas a partir de verano

JUNIOR VIEIRA
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Los mirandeses podrán recorrer varios bares que prepararán platos basados en croquetas, gildas, morcillas y desayunos. La del zurracapote ya está en marcha con «gran aceptación»

Julián Alonso (Botánico), Conrado Angulo (Diamante), María Jesús Fernández (La Fontana) e Iván García (Daily Planet)

Tras dos años bastante complicados, la hostelería mirandesa recupera poco a poco la normalidad. La llegada del verano supondrá un soplo de aire fresco para  el sector, más aún con la vuelta de las conocidas como rutas. Estos eventos, que engloban gran parte de los bares de la ciudad, se basarán en temáticas como las croquetas, las gildas, las morcillas y los desayunos. «Queremos poner en lanza nuestros productos», explica Pepe Rey, presidente de la asociación Altamira. De momento, ya está en marcha la del zurracapote, con una «gran aceptación» entre el público, quien continúa con estas tradicionales jornadas. 

Las fiestas de San Juan del Monte están marcadas en rojo en el calendario de estos negocios y por tanto, habrá que esperar a su celebración para que se vivan las nuevas rutas. «Están orientadas más a los meses de verano y otoño», aclara Rey. Su presencia llegará después de las atípicas ediciones que se han tenido que vivir durante los dos últimos años. Sin embargo, se trata de eventos que están «contrastados» y que por tanto, aunarán a un amplio público. 

En este sentido, las actividades representan una exposición muy importante para los negocios de la ciudad. No solo para atraer más clientes, sino también para dotar a Miranda de diferentes acontecimientos. «Lo hacemos por dinamizar un poco lo que es la hostelería», destaca el presidente. La mayoría de estos bares utilizan productos gastronómicos procedentes de Miranda, así como aquellos «artesanales». Esto provoca una importante difusión de otros establecimientos. 

No cabe duda de que estas rutas gustan al público mirandés. Así lo corroboran distintos bares que hasta final de mes se encuentran inmersos en la del zurracapote. Esta tradicional bebida en Miranda se compone principalmente de vino, azúcar, canela y cítricos. «En la ciudad siempre ha gustado, está yendo muy bien», afirma Iván García, dueño del Daily Planet y uno de los participantes. El evento cuenta con la colaboración de 37 locales y se encuentran divididos en cuatro secciones. Cada una de ellas tiene el nombre de uno de los ingredientes del líquido y el objetivo reside en que «los ciudadanos se muevan un poco por las distintas zonas y dar las mismas posibilidades a todos», puntualiza Rey. Además, los clientes cuentan con un folleto donde podrán adquirir hasta ocho sellos. «Se sorteará una cesta con productos locales», avanza. 

Una de las condiciones indispensables para poder participar reside en elaborar tu bebida de forma totalmente casera. Respecto a esto, cada uno tiene sus propios trucos. «El nuestro contiene vino de nuestra familia, de Briones», detalla María Jesús Fernández, mientras que desde el Botánico, Julián Alonso indica que «la receta es de mi abuela». Una tradición que ha pasado de generación en generación también en el Diamante donde Conrado Angulo, su dueño, cuenta que sus antepasados lo empezaron «cuando solo se hacía tinto». 

Además de esta variedad, también se incluyen las de claro y blanco. Todo depende de lo que prefiera ofrecer cada bar. Al final, de una manera u otra, «la clientela es indistinta» y «la gente lo está apreciando mucho», ensalza Fernández. Incluso esto ha provocado que muchos de ellos hayan sacado a la venta este zurracapote desde antes de que comenzará la ruta el pasado 4 de abril. «Lo puse a la venta un mes antes de Semana Santa porque hay gente que le gusta, viene y te pregunta», explica García. En el Botánico han tenido que aumentar la producción. «Andamos un poco justos ya», admite Alonso. 

Su consumo está íntimamente relacionado con la celebración de Semana Santa. Los días festivos provocan un impulso en el número de clientes. «Viene gente que no es de Miranda, igual por visitar a familiares en estas fechas», afirma Angulo. La cercanía con tierras riojanas, repletas de bodegas y viñedos, también ha influido de manera directa en el transcurso de estas jornadas. «En estas fechas se nota más», cuenta Alonso, quien añade que «igual los bares que no participan lo notan».