Testigo de ocho años de conflicto en Ucrania

I.L.H.
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El fotoperiodista Manu Brabo rebatió con sus imágenes los discursos negacionistas sobre lo que ocurre en el este europeo. «No he visto un nivel de bombardeos a civiles así en mi vida»

Con la charla de ayer de Manu Brabo -en la imagen junto a la periodista de Diario de Burgos Belén Delgado- concluyó el ciclo ‘Un mundo en conflicto’. - Foto: Jesús J. Matías

Además de estar cubriendo una guerra, Manu Brabo tiene un frente abierto en las redes sociales con quienes ponen en duda sus fotografías y lo que narran. «Es increíble la cantidad de discusiones que tengo con gente que desde el salón de su casa se considera mejor informada que una persona que lleva ocho años cubriendo el conflicto», apuntó ayer al iniciar su charla Fotoperiodismo de conflicto en la era del negacionismo. «Y me da miedo. Porque esto que tiene su gracia en el fútbol cuando nos creemos entrenadores, la pierde cuando nos volvemos virólogos en una pandemia o negamos las muertes en Mariúpol. Rebatirlos no es perder el tiempo porque la información también circula por ahí», añadió al explicar por qué decidió mostrar «paso a paso lo que hace un periodista desde los dos bandos».

El premio Pulitzer se perdió la revolución del Maidán por tener un brazo roto, pero asistió a la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014 y desde entonces ha seguido todo el conflicto. Al principio, contó ayer, lo hizo desde los dos bandos, «pero luego no he querido estar en el de uno que invade un país legítimo y soberano. No estoy interesado. No me fío».

A lo largo de la charla repasó esos 8 años con unas crudas fotografías en las que aparecen los primeros desplazados, la persecución a los tártaros, la presencia de mercenarios, las colas en los pasos fronterizos para cobrar la pensión y muchos entierros: «Las fotos de muertos no son importantes; lo que impacta es la reacción de los vivos. El dolor es igual en los dos lados». O los enormes destrozos por las bombas caídas en medio de la población: «Es un juego macabro. Es difícil no bombardear ciudades si tus posiciones están ahí, y es difícil no tener posiciones en la ciudad si tienes que defenderla», añadió mientras señalaba estar en contra de la violencia y la muerte de civiles, e indicaba que este conflicto está siendo especialmente virulento con ellos: «No he visto un nivel de bombardeos así en mi vida».

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En el turno de preguntas de la charla que presentó la periodista de Diario de Burgos Belén Delgado, se le interpeló por el modo en el que un cronista de guerra asimila tanto horror: «Con una Seagrams con tónica -ironizó un segundo-. No te inmunizas nunca. Lo vivido no se anula, pero con el tiempo lo relativizas». Con sus respuestas criticó también la falta de responsabilidad de algunos medios que no pagan ni el chaleco de sus corresponsales y la descontextualización de los hechos, como la matanza de la Casa de los Sindicatos de Odessa por parte de los proucranianos. Y concluyó con una reflexión: Mi sociedad tiene muchos fallos, pero la que me ofrece Putin no le veo la gracia. La batalla no es solo por Ucrania. La defensa de lo que tengo está allí. Somos parte afectada».