Se le están complicando mucho las cosas al Ayuntamiento de Burgos en su intención de incorporar a su cinturón verde el campo de tiro que posee el Ejército de Tierra en Villatoro. Las negociaciones no avanzan porque el Consistorio y Defensa no acercan posturas en torno al precio de venta. Mientras el Ministerio exige 507.000 euros el área de Patrimonio municipal no está dispuesta a desembolsar más que 259.000 euros, que es la tasación realizada por la Concejalía de Medio Ambiente. 

La falta de consenso ha llevado a las partes a mover ficha en distintos sentidos. Por una parte, el Ayuntamiento sondeó la vía de la expropiación para abaratar el coste de la operación, pero un informe municipal establece que tomar ese camino no es posible porque en el Plan General de Ordenación Urbana no figura el campo de tiro «como reserva de suelo para ampliación de zonas verdes de la ciudad». «Al no estar presente esta prevención no se puede acudir a la expropiación», explica la concejala de Patrimonio, Sonia Rodríguez. 

Por su parte, el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied) ha dado el paso de incluir estos terrenos -de unas 50 hectáreas de extensión- en la sección de 'compras previstas' de su página web. Es decir, que hace oficial su pretensión de desprenderse de esta propiedad, si bien todavía no publica ni el pliego de condiciones técnicas ni administrativas para iniciar el procedimiento de enajenación de este inmueble.

En todo caso el Ministerio y la ciudad están condenados a entenderse en algún momento, porque Defensa no va a encontrar muchos más compradores que una Administración pública y el Ayuntamiento -al menos el actual equipo de Gobierno- está deseando sumar más suelo a su cinturón verde en el norte de la ciudad. De ahí que, según avanza Sonia Rodríguez, el Consistorio vaya a pedir la mediación de la Dirección General de Patrimonio del Estado, con el fin de que realice una tasación «independiente». En su opinión, los 259.000 euros que ofrece el Ayuntamiento es un buen precio para unos terrenos «en los que habrá que hacer una inversión, no solo para convertirlo en una zona de esparcimiento, sino para descontaminarlo, pues no hay que olvidar que es un campo de tiro».