Un sonido listo para volver a retumbar

Ó.C.
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La Orden del Bombo y los miembros de las cuadrillas golpearán el típico instrumento cuando resurja del río Ebro. Juntos entrarán en la plaza de España en una de las estampas más representativas

Bombistas de La Tajada, El Magreo, El Humo, El Cachondeo, Los Diablos, El Expolio, Los Jijas y La Pajilla, en el quiosco de la plaza de España. - Foto: Valdivielso

La resurrección del instrumento típico de San Juan del Monte arrancará a las 18.00 horas. En ese momento, el presidente de la Cofradía mirará a la Casa del Cura, donde los miembros de la Orden del Bombo estarán atentos para empezar a sacar al protagonista de las aguas del río Ebro. Ya en la calle y junto a los bombistas mayores de las cuadrillas, el sonido de las fiestas comenzará a retumbar camino a la plaza de España. Una imagen representativa de la celebración.

José Ignacio Pérez, ocupa el cargo del bombista mayor desde hace 17 años, por lo 45 años que cumple este año el colectivo. Espera unas fiestas «buenas y con mucha ilusión», con las ganas típicas sumadas a los años de parón por la pandemia. Para los ocho componentes del grupo, la jornada comienza «con los chiquis y por la tarde ya toca la otra, la de los adultos, que es igual pero hay que tener en cuenta la paliza que te metes». Aquí se junta la tradición con una de las reivindicaciones típicas de la Orden, porque las ansias de los sanjuaneros por tocar el bombo hace que los empujones y los golpes resulten habituales. «Pedimos que nos respeten», aunque no oculta la parte buena: «Es nuestro día grande».

En el ritual de la resurrección también participan los representantes de las cuadrillas. Uno de los  que empuñará la maza será el miembro de El Expolio: Rodrigo Costalago.En su caso, llevará el brazalete de bombista mayor la primera vez, «porque en nuestra peña cada año cambiamos». La ilusión la había tenido siempre, pero «este  me hicieron voluntario y no lo rechacé».

Miembros de la Orden del Bombo con el protagonista de esta tarde. Miembros de la Orden del Bombo con el protagonista de esta tarde. - Foto: ValdivielsoEl cargo lo cogió con gusto este sanjuanero que actualmente trabaja en Hong Kong en el mundo de la banca. El viaje supone casi 24 horas de ir y otras tantas para volver, «más una cuarentena en un hotel encerrado cuando vuelva», puntualiza, pero en la balanza reconoce que gana.  A sus compañeros les habló de las fiestas «por encima y en inglés, por lo que es un poco lioso explicar el concepto», reconoce este sanjuanero, que avanza que «el próximo año volveré por las mismas fechas para disfrutar de San Juan del Monte».

Borja Fernández, de El Cachondeo, también se estrenará. «Siempre he tenido curiosidad y desde pequeño es lo típico que se ve, el bombo, y mejor año que este después de la pandemia no lo voy a tener». Con los nervios típicos de las jornadas previas siente la emoción, «porque nunca he entrado con el bombo a la plaza de España y eso es algo que hay que vivirlo y para mí es como ser Sanjuanero», por lo que esta edición «empieza con unas expectativas muy altas».

En Los Jijas, también tiene su hueco el bombista, un puesto que ha ocupado Quique Santamaría, el Sanjuanero de 2019. «Es muy emocionante el momento en el que se juntan y la verdad que se ponen los pelos de punta», rememora Quique, quien en la comparación admite que «no tiene nada que ver con ser Sanjuanero, porque esto es un momento más puntual, pero también es muy bonito».

Tres años consecutivos suma Iván Dulanto de La Pajilla «y cada vez hay más ganas», asume, en un año que estrenará instrumento.

más veteranos. Hay otras cuadrillas en las que el puesto de bombista mantiene el nombre desde hace años. En Los Diablos tiene el de Aranguren, quien afirma que «llevo más de veinte siéndolo», por lo que no se imagina una edición sin cargar con el instrumento de un lado para otro.

En La Tajada, Alejandro Cubilla cumple una edición más con el brazalete identificativo. «Lo cogimos con otro colega de Vitoria y nos alternamos, aunque en los últimos años me ha tocado a mí y últimamente la cuadrilla ni se molesta», bromea Alejandro, quien ensalza que «esperar al bombo es como una fiesta al margen», desde donde observan «el barullo que se genera cuando la gente trata de echarse encima de los de la Orden».

Roberto Ruiz también suma ediciones como bombista mayor en  El Magreo. En total 22 años, «pero las ganas no se pierden porque es muy emotivo y este año todavía más por los sanjuanes que hemos pasado en el balcón». Ignacio Cruz, de El Humo, reconoce que en su cuadrilla -una de las más grandes- «hay competencia por el puesto, sobre todo tras la dinámica que se generó de acompañar al santo, porque el evento gana atractivo», valora Cruz, que añade que «siempre estamos los históricos intentando dar la talla».

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