Uno de los aspectos por los que urgía, y no desde hace un año ni dos ni tres, que la ciudad contara con un nuevo contrato de recogida de residuos y limpieza viaria era la situación desastrosa de la flota de vehículos. Un parque móvil insuficiente, desfasado y en el que más de 40 de los 78 vehículos que ha entregado Semat, la anterior adjudicataria del servicio, tienen más de 20 años de vida. La situación dará un giro radical ya que Urbaser, que la semana pasada tomó el relevo como responsable del contrato, se comprometió en su oferta a adquirir en el plazo de un año 120 vehículos nuevos, a los que sumará otros 20 usados que operarán, estos últimos, como maquinaria de reserva.

Aunque aún tocará bregar durante un tiempo con la vieja maquinaria, el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño, respira aliviado ya que la situación que se estaba viviendo «era ya agonizante». Y en buena parte, según se reconoce, por culpa del propio Ayuntamiento.

«Lo que ha habido es un descontrol de muchos años y la prueba son los números». Recuerda que se había inventariado que el Ayuntamiento era dueño de alrededor de 140 vehículos, pero «solo 78 han podido pasar a la nueva adjudicataria». El resto, por decirlo de alguna manera, era poco más que chatarra y las instalaciones de Villalonquéjar donde duerme la maquinaria parecía en ocasiones un desguace. 

Para evitar que esta situación se repita, el edil socialista detalla que habrá tres técnicos municipales encargados de controlar que los trabajos de Urbaser se cumplan. Por de pronto, lo que se ha hecho es exigir a la adjudicataria del contrato un plan de mantenimiento.

Explica Temiño que los técnicos más veteranos de la casa aseguran que nunca antes habrá en las calles más vehículos destinados a la limpieza y a la recogida de basura.

A los 140 vehículos, además, se sumarán otros 186 herramientas como 36 portacubos, 50 extendedores de sal manual, 14 cuchillas quitanieves, 1 mochila para retirar cicles, 8 triciclos portacubos, un aspirador de hojas, 3 sopladores, 4 desbrozadoras...

Los trabajadores, que han sufrido el deterioro del material, serán los grandes beneficiados.