Congelados

R.E. MAESTRO / Monterrubio
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El frío hiela la provincia estos días, pero en Monterrubio de la Demanda viven a golpe de mínimas varios meses al año. Solo unos pocos valientes aguantan a base de estufas y mantas

Cristina tuvo que retirar ayer la nieve de la puerta de su casa con una escoba. - Foto: Luis López Araico

El estado de la carretera BU-825 y la quitanieves en dirección a Monterrubio de la Demanda ya avanzan lo que se viene al visitar a uno de los puntos más fríos de la provincia. Y efectivamente, ninguna sorpresa al llegar. Los finos copos de nieve mezclados con un cortante viento originan un panorama helador, con el que se congela hasta la vista al observar los enormes carámbanos que cuelgan sobre las casas. Todo empeora a medida que el blanco aumenta su capa y el hielo hace acto de presencia. Apenas quedan media docena de casas abiertas durante esta época del año y solo un puñado de valientes se alzan como la auténtica resistencia mientras los termómetros tiritan.

En una de las pocas casas habitadas en este momento asoma la cabeza Víctor Mediavilla, que ha dejado Barcelona para irse a vivir al pueblo donde veraneaba siempre y ahora se encarga de gestionar el bar. «Lo abro todos los días, pero es muy raro que hoy pase alguien por aquí con este tiempo y viendo cómo están las carreteras para llegar», comenta. Le gusta la naturaleza y el día a día del medio rural, pero reconoce las numerosas complicaciones que tiene el invierno. En cuanto al negocio, explica que consigue obtener beneficios gracias a que cuando llega el buen tiempo la cosa se anima. Con estas temperaturas, que ayer por la mañana rondaban los cinco grados bajo cero, poco más se puede hacer que estar en casa con la manta y la estufa.

Víctor vive con sus padres, Irineo y Cristina. Ella es la que procede del pueblo, mientras él tiene sus orígenes en Vilviestre del Pinar. Siempre han vivido en Barcelona, pero ahora se han trasladado. «Tienes que estar muy acostumbrado a esto para vivir aquí y la casa la tienes que tener muy bien acondicionada para quedarte, el invierno es muy duro», manifiesta Irineo, que añade que estas temperaturas tan bajas de ahora no las había conocido antes.

(Reportaje completo, con más imágenes y testimonios en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)