Sonorama, Ebrovisión y Tribu reunieron a 170.000 personas

R.P.B.
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Los tres principales festivales de la provincia avalan con datos la expectación que generan y su clara consolidación dentro del panorama musiquero nacional del verano

En el escenario Diario de Burgos del Tribu, los Deltonos reunieron a una multitud. - Foto: Alberto Rodrigo

En el mapa de los musiqueros, y especialmente en el de quienes gozan de los festivales, Burgos está marcado en rojo cada verano. Sonorama en Aranda, Ebrovisión en Miranda y Tribu en Burgos constituyen la santísima trinidad de los festivales de la provincia. Y los datos avalan el tirón que tienen: entre los tres reunieron en torno a 170.000 personas. El más veterano, exitoso y populoso, el ribereño Sonorama, reunió a 140.000 almas a lo largo de cinco días; el mirandés Ebrovisión, a 20.000 en tres jornadas; el capitalino Tribu, el más joven, congregó en torno a 10.000. Un balance más que positivo, en todos los sentidos.

Para Javier Ajenjo, director del Sonorama, la edición de este año era muy esperada, ya que celebraba su 25 cumpleaños y después de dos años tan complicados por culpa de la pandemia. «Estamos encantados con cómo se ha desarrollado todo: récord de asistencia, conciertos increíbles... Ver otra vez Aranda de Duero viva en muchísimos aspectos, en todos sus rincones, con esa ventana abierta a Latinoamérica con el escenario Charco; la plaza del Trigo volviendo a proporcionar momentos increíbles con los conciertos un poco más secretos... Fueron cinco días muy intensos, muy necesarios a nivel anímico y también económico. El hecho de que viniera tanta gente ha permitido que podamos recuperar lo perdido en los años difíciles, que supusieron un gasto enorme y un débito muy importante para nosotros, por encima del medio millón de euros...».

Con todo, Ajenjo mira al futuro siempre con la visión de mejorar, y bien que parece difícil: «Esperamos seguir aprendiendo, teniendo un festival más responsable, más inclusivo, más accesible; un festival que respete un poco más el medio ambiente, que sigamos evolucionando para tener un festival mejor.El que soñamos tener después de 25 años. Seguimos cumpliendo años, seguimos haciéndolo con muchísima ilusión y seguimos aprendiendo mucho. Corregiremos muchísimos errores que seguimos observando, porque aún vemos cosas mejorables, que es lo que nos dice que todavía queda muchísimo camino por recorrer. Creo que tenemos que ver el festival del año que viene como la otra mitad de este 25 aniversario, como una segunda parte, porque se nos han quedado muchísimas cosas en el tintero. Estamos seguros de que va a ser una edición muy especial. Seguimos trabajando en el Picón para poder dotarle de una estabilidad y una continuidad como espacio global para todos los arandinos y que se puedan desarrollar todo tipo de actividades, que se siga invirtiendo en él», explica.

Ebrovisión, un exitazo en su veinte aniversario.Ebrovisión, un exitazo en su veinte aniversario. - Foto: Alberto Rodrigo

Ramiro Molinero, portavoz de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo que impulsa y organiza Ebrovisión se muestra también encantado con la vigésima edición del festival mirandés. «El balance es más que positivo. Más bien increíble: que, sin anunciar ningún grupo, agotáramos todas las entradas, habla muy bien y mucho del trabajo que se ha hecho en todos estos años. Tenemos un público increíble». Respecto al futuro (ya están los abonos del año que viene a la venta), Molinero tiene claro que se verá un nuevo Ebrovisión, que ganará un día más (serán cuatro jornadas de conciertos: 31 de agosto, 1, 2 y 3 de septiembre). «Habrá cambios; estamos trabajando a fondo en ello. En unas semanas las daremos a conocer. El proyecto va a cambiar bastante. Vamos, que no se va a parecer en nada al Ebrovisión que conocíamos, pero con el mismo espíritu. Será un concepto distinto, novedoso. Creemos que seguiremos siendo referente del mundo festivalero», apostilla.

En la plaza del Trigo, dándolo todo.
En la plaza del Trigo, dándolo todo. - Foto: Alberto Rodrigo

Consciente de que 'su' festival no puede compararse al de sus colegas, Héctor Aguilar valora muy positivamente la edición de Tribu después de todas las dificultades padecidas durante los meses previos. «Aunque bajamos asistencia con respecto a otras ediciones, pero lo vemos como un paso hacia atrás para coger carrerilla e impulso». Señala Aguilar que han encontrado el espacio ideal en los jardines de la La Parrala (sin desatender escenarios en el centro de la ciudad). «El paso a La Parrala era un reto en todos los sentidos, y la respuesta ha sido buena.Es un espacio que ha gustado a todo el mundo, un espacio cómodo, accesible. Creo que hemos encontrado nuestro sitio definitivo». Respecto al futuro, el responsable de Tribu señala que habrá variaciones en el formato, abriendo más el festival, dando una vuelta de tuerca a todo», concluye.