La construcción del nuevo Mercado Norte avanza aunque no al ritmo que gustaría tanto al equipo de Gobierno, al ser uno de sus proyectos estrella del mandato, como a los comerciantes, que han sufrido años de promesas incumplidas, tantas que muchos han echado la persiana y se han jubilado en el viejo edificio. Los que quedan, cerca de 30, no quieren verse al margen y estarían dispuestos a presentarse al concurso de concesión de obra pública que convocará el Ayuntamiento y en el que el adjudicatario deberá ejecutar un proyecto valorado en 17 millones a cambio de la gestión durante 25 años. Del total habría que descontar 4 millones que aportarían las administraciones local, estatal y nacional o en su defecto solo la municipal si las otras dos no cumplen con los compromisos adquiridos. 

Hasta ahora el Ayuntamiento había asumido la gestión del mercado pero con el nuevo modelo sería la empresa adjudicataria y ello suscita dudas entre los actuales vendedores, -cuya concesión lleva tiempo caducada y están en precario-, hasta el punto de que han presentado alegaciones al estudio de viabilidad durante el periodo de exposición pública. «En el estudio de viabilidad no se analizan ni las ventajas ni los inconvenientes. Se habla de que el mercado tendrá comerciantes pero no se garantiza que vayamos a estar en el nuevo proyecto ni que quien se adjudique la concesión vaya a contar con nosotros o nos vaya a poner unas condiciones aceptables para optar a los puestos», indicó Carmen de la Calera, presidenta de la asociación de comerciantes mayoritaria. 

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