El 3 de noviembre fue el último día en el que los visitantes que eligieron Burgos como destino tuvieron la oportunidad de hacer uso del tren turístico. Acababa la autorización de ocupación de vía pública que concedió el anterior equipo de Gobierno de manera temporal a la empresa Duerotren con el fin de no perder las vacaciones de Semana Santa y verano. Dicho permiso no se renovó a la espera de sacar de nuevo a concurso el futuro servicio de transporte y para el que por el momento no hay plazos tras varias tentativas frustradas.

El pliego de condiciones en el que se trabaja sigue atascado en el informe económico sobre la viabilidad de este recurso, tal y como asegura el concejal de Turismo, Leví Moreno, quien se fija de plazo la campaña de verano para que puedan comenzar a funcionar los vehículos (tren y autobús). Se descarta así la Semana Santa, como se preveía hace unos meses, al igual que retomar la opción del año pasado de permitir a la citada compañía que realice los recorridos durante un tiempo. "No es mi idea. El tren había estado dando servicio pero en precario y no como debería ser", sostiene.

Moreno reconoce las dificultades para avanzar en el nuevo concurso. El primero quedó desierto en 2018 tras renunciar al contrato la empresa que había resultado adjudicataria, a lo que se añadió la entrada en vigor de la nueva Ley de Transporte, que obligó a modificar el pliego debido a que los precios de los billetes deben fijarlos las empresas y no el Ayuntamiento. También se han realizado algunas modificaciones "técnicas" y todo ello hace que el anterior informe económico ya "no valga". 

El concejal atribuye la situación a la propia "burocracia del Ayuntamiento" y confía en su desbloqueo con la vista puesta en que los turistas puedan disfrutar de este servicio en los meses de verano.

La primera licitación tenía un valor estimado de 4,3 millones, mientras que la duración del contrato era de cinco años. Cuando se presentó, se anunció que los vehículos iban a estar recorriendo la ciudad en marzo de 2019.