El eco de lo rural

I.L.H.
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Neønymus, Primitive Grooves y Blanca Altable y Chuchi Cuadrado forman parte del recién creado El Refugio, una agencia de contratación pensada para programar en los pueblos

Jorge Arribas (acordeón) forma parte de Primitive Grooves junto a Javier Paxariño (saxo y flautas), César Díez (bajo eléctrico) y Adal Pumarabin (batería y percusión).

El coronavirus ha devuelto a los pueblos su papel protagonista. Mientras que en las urbes ha habido y hay que protegerse hasta para comprar el pan, en las zonas rurales han vivido el confinamiento con más libertad. Pero falta atraer a nuevos vecinos. Entre otras cosas, quizá, porque no suelen tener muchas oportunidades de ofertar cultura. «Hay una distancia enorme a todos los niveles, pero en materia cultural es aún mayor. La culpa, creo, es un poco de todos. De los artistas que prefieren mirar hacia los grandes aforos y de los programadores porque no invierten lo necesario en este tipo de actividades», afirma Óscar Blanco, responsable de Cultura y Comunicación, la empresa que organiza el Foro de la Cultura y que acaba de crear El Refugio, una agencia de contratación con grupos de música de la región para actuar en el mundo rural. 

La idea, reconoce, surge durante el confinamiento pensando en la obligación de mirar más hacia los pueblos, de cuidar ese entorno que hace más llevadero casi todo, pero del que nos olvidamos en cuanto termina el verano. Ypensando también en Castilla y León, una región plagada de pequeñas y medianas localidades que tiene mucho que ofrecer a través de sus artistas.

El Refugio, que nace coincidiendo con el 20 aniversario de Cultura y Comunicación, quiere promover a bandas y grupos singulares de la Comunidad: «Nos  hemos decantado por la música porque hay déficit de agencias dedicadas al mundo rural y porque puede ser una oportunidad», añade Blanco, que ha iniciado el proyecto con una quincena de bandas.

Entre ellas hay tres con participación burgalesa. Está Neønymus, el músico de Ura que combina lo primitivo con lo tecnológico; Blanca Altable como parte del dúo Blanca y Chuchi, con el que reivindican la cultura tradicional castellana y las nuevas corrientes del folk, y Jorge Arribas, miembro del proyecto Primitive Grooves, un cuarteto que combina tradición y vanguardia a ritmo de groove.

«Actuar en los pueblos te permite programar en lugares singulares frente al encorsetamiento de la ciudad. Se pueden hacer ciclos en campanarios, corrales, iglesias», sostiene Óscar Blanco. Los músicos burgaleses, por su parte, ven «necesario hablar de lo rural», afirma Silberius de Ura. «Es una manera de llevar vida donde más se necesita», comenta Altable, mientras Arribas cree que «hay que dinamizar el mundo rural porque es el que más hemos descuidado».