Forma parte del adn del barrio desde tiempo inmemorial, y degustarla es una fiesta, amén de un placer para los sentidos. La cecina que se encumbra durante la festividad de la Cátedra de San Pedro en Antioquía, y que es el principal reclamo de las fiestas de San Pedro de la Fuente, que aún conversa ese halo mestizo de pueblo dentro de un entramado urbano, quiere expandirse, derribar los muros del barrio, de la ciudad y más allá. La Asociación de Vecinos San Pedro de la Fuente-Fuentecillas ya ha registrado en el Ayuntamiento la petición para que se inicien los trámites que desemboquen, como recientemente ha ocurrido con los titos de Gamonal, en la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.

"Ese reconocimiento, que consideramos justo, nos permitiría, además, no depender de subvenciones con las que poder celebrar las fiestas. Pero, además, creemos que es una tradición antigua que se vive con mucha pasión en el barrio por todas las generaciones", explica Concepción Camarero, presidenta del colectivo vecinal. Se encuentran ahora haciendo acopio de cuanta información alude a ese manjar y su exaltación en el barrio, desde programas de fiestas a fotografías antiguas, todo aquello que pueda avalar la candidatura. "Hay muchos colectivos implicados en impulsar esto, porque es una fiesta que tiene muchísima tradición y se vive mucho en el barrio. Creemos que nos lo merecemos porque el arraigo es enorme".

Concepción admite que el origen del consumo y reparto de cecina en San Pedro de la Fuente no tiene un origen concreto, y que la tradición se pierde en una nebulosa. "Hay una persona en el barrio que ha investigado en sus orígenes pero no ha logrado saber una fecha exacta o aproximada de cuándo arraigó el consumo de cecina. Pero desde luego, es una tradición antigua. Creemos que merece ese título no sólo por los vecinos del barrio y el resto de ciudadanos de Burgos; por San Pedro de la Fuente atraviesa el Camino de Santiago, y esto es un reclamo más para peregrinos y para turistas en general. Hay numerosos libros que recogen la importancia del barrio en el trayecto de la ruta jacobea, antes de llegar al La Isla y atravesar el puente Malatos", apostilla Camarero.

Será, pues, el Consistorio capitalino quien ayude al colectivo a tramitar la documentación necesaria que tendrá que elevarse a la administración regional, que es la que concede estos reconocimientos. Confían los vecinos en la sensibilidad de ambas administraciones, y en que esta iniciativa llegue a buen fin, como recientemente ha sucedido con la fiesta del barrio de Gamonal. "El nuestro es un barrio muy castizo, y la cecina nos diferencia de todos los demás. Es una tradición muy arraigada. Y además, la cecina es una fuente de ingresos para el barrio, lo hace más grande e importante. Y es un vínculo con todos aquellos que se acercan en las fechas señaladas a consumirla. Y es un manjar. La implicación de todo el barrio en esta iniciativa lo dice todo. La cecina es un plato maravilloso, delicioso. Y queremos que sea aún más conocida y reconocida, más compartida. Tenemos mucho empeño y muchas ganas de conseguirlo", concluye.