La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León ha decidido confiar en las profesionales que el pasado año ganaron el Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus con su proyecto de la Casa Encendida, su  idea para rehabilitar el conjunto que forman la conocida como casa quemada, adquirida por el Ayuntamiento de Berberana, y la antigua casa parroquial, ahora propiedad particular, y transformarlas en el Centro de Estudios del Castellano. Sobre la base del trabajo que realizaron para el certamen internacional, Silvia Natalia Gómez y Susana Granizo ya han entregado a la consejería un nuevo documento de asistencia técnica, en el que hacen una nueva propuesta, adaptada ya a las peticiones de la Administración regional.

Cultura ha pagado a las arquitectas radicadas a en Madrid 18.029 euros por este trabajo, que se enmarca en «una Actuación de Cohesión de Destino para potenciar turísticamente Valpuesta» y que, en esta ocasión, podría centrarse exclusivamente en el edificio de la casa quemada, por ser el único de titularidad pública. En mayo del pasado año, el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, desvelaba a DB que el Centro de los Orígenes del Español iba a repartir sus sedes entre el Palacio de la Isla, en Burgos, y Valpuesta. Pero desde la Consejería de Cultura no quieren avanzar ningún detalle del plan en el que ya están trabajando activamente, como demuestra el encargo a las profesionales galardonadas. 

Ni tan siquiera en el Ayuntamiento de Berberana, que concurrió con los dos inmuebles de Valpuesta al Concurso de Arquitectura Richard Driehaus, que convoca el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, conocen los planes de la Consejería de Cultura o detalles del nuevo trabajo de Gómez y Granizo. En su primera propuesta, la Casa Encendida, las dos profesionales se adaptaron a las peticiones que realizó el Ayuntamiento de Berberana cuando concurrió al certamen,  de tal modo que la planta baja de los dos inmuebles se iba a destinar a actividades públicas, la sala de exposiciones y una cafetería, mientras que en la primera y segunda planta se ubicarían dormitorios para unas 20 personas y espacios comunes. En la bajocubierta irían la biblioteca, un aula de estudio y la sala de proyecciones.

Silvia Gómez admite que entre las tres intervenciones que eligió el Ministerio, «la de Valpuesta fue la que más nos atrajo por la recuperación de un entorno histórico y porque nos interesaba personalmente la historia del castellano», cuyas primeras palabras quedaron escritas en los primitivos cartularios de Valpuesta, en la Alta Edad Media. Asimismo, la arquitecta que ha preferido no avanzar detalle alguno de la asistencia técnica recién entregada a Cultura, se alegra de que «se puedan movilizar actuaciones en Valpuesta a partir del Driehaus».

Sin aparcamiento. Mientras, en el Ayuntamiento de Berberana lamentan no haber podido conseguir terrenos para un aparcamiento, una de las exigencias de la Diputación Provincial, que se comprometió a su urbanización. Susana Gutiérrez, portavoz municipal, asegura que los propietarios de los terrenos disponibles exigen precios inasumibles para el Consistorio de Berberana, con 60 empadronados, y tampoco disponen de suelo de propiedad municipal, por lo que debe de ser la Administración regional la que se implique en la compra de suelo.