Aurelio Medel

Hecho a mano

Aurelio Medel


El legado de Pepe Antolín

09/06/2022

José María Chomón se quejaba con criterio, en su columna del Diario, de la escasa relevancia que el periodismo madrileño, mal llamado nacional, había dado al fallecimiento de uno de los grandes del empresariado español, el burgalés Pepe Antolín. Nos rendimos ante lo foráneo. Hicimos reverencia a la capacidad creativa de Steve Jobs con Apple, cuya trayectoria vital nos han vendido en todos los formatos, y ahora adoramos hasta el último tweet de Elon Musk, que monta sus Tesla con piezas de Antolín.

Sin embargo, quizás este pasar de puntillas de Madrid y Valladolid sea el mejor reflejo de cómo era Antolín. Estas ciudades suelen ser escaparate de la espuma, que diría el gran Alfredo Sáenz Abad, con quien coincidió en el patronato de la Fundación Silos. Pepe Antolín, como Amancio Ortega, es conocido y reconocido donde es necesario y lo demás no parece que le importara mucho.

Estamos ante personas que han levantado monumentos empresariales que les trascienden. El Grupo Antolín es la catedral de la industria burgalesa, que puso la primera piedra en 1950 en un pequeño taller en la calle Salas y 70 años después suma 145 fábricas, repartidas por 26 países, que emplean a más de 25.000 personas y generan una actividad valorada en 4.000 millones de euros. Fabrican piezas se ensamblan en más de 580 modelos de coches que se venden por todo el mundo.

Su éxito se cimentó sobre el invento de la rótula, Rótulas ANSA, no sobre una concesión administrativa para explotar un negocio seguro. Antolín ha crecido en uno de los sectores, la industria auxiliar del automóvil, más competitivos del mundo, donde la innovación y la búsqueda de eficiencias son obligatorias y hay poco tiempo para el pavoneo, que se lo reservan las marcas de los coches.

La partida de José Antolín Toledano junto a su hermano Avelino y su padre, Avelino Antolín López, fallecidos en 1995 y 1969, respectivamente, deja el grupo en manos de la tercera generación. La familia Antolín tiene el 100% del capital del grupo y cuatro puestos en el consejo que representan a las dos ramas de la familia, cuyos máximos exponentes son el presidente, Ernesto Antolín Arribas, y la vicepresidenta, María Helena Antolín Raybaud, hijos de Avelino y Pepe, respectivamente.

Pese a ser una empresa familiar, Grupo Antolín tiene hoy modos de gestión modernos, con unos niveles de transparencia económica -cada trimestre publica resultados en detalle- que son poco frecuentes en empresas donde el capital está tan concentrado y no cotizan en Bolsa.

El Grupo Antolín tiene todos los mimbres para dar el salto un día a los mercados si fuera necesario para mejorar el legado que ha recibido. No hace ni un mes que han nombrado consejero delegado al bilbaíno Ramón Sotomayor, que formaba parte del consejo asesor de Grupo Antolín. Sotomayor tiene una trayectoria contrastada en multinacionales y es ingeniero industrial de formación, lo que le hubiera gustado estudiar a Pepe Antolín. Eran tiempos de autodidactas espabilados.