El escaparate europeo del reino de Castilla

I.L.H.
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El catedrático Henrik Karge destacó ayer la función que tuvo la Catedral de Burgos como carta de presentación de la monarquía en Europa. Lo hizo en el simposio en el que 350 expertos analizan hasta el jueves este tipo de construcciones

Antes de la conferencia del historiador Karge, los organizadores del congreso y el alcalde inauguraron el simposio que se celebra en Cultural Cordón. - Foto: Valdivielso

La Catedral de Burgos fue la referencia de lo que era Castilla en el siglo XIII, la imagen de la monarquía y su carta de presentación en Europa, de ahí el interés por una decoración que deslumbrara. El edificio gótico se levantó para acoger bodas reales, servir de sede a los grandes eventos de la corte y ser el lugar donde recibir a las visitas internacionales. Así lo resumió el catedrático y experto en la seo burgalesa Henrik Karge durante la conferencia inaugural del congreso El mundo de las catedrales, que se celebra en Burgos.

La Catedral gótica se construyó porque la anterior románica se quedó pequeña para celebrar el enlace la de Fernando III y Beatriz de Suabia apenas dos años antes de colocar la primera piedra. Resumiendo la investigación que llevó a cabo en los años 80, Karge recordó que la construcción del templo del siglo XIII se llevó a cabo entre dos bodas que acogió la seo: la mencionada de Fernando IIIy Beatriz de Suabia en 1219 y la de su nieto Fernando de la Cerda, hijo de Alfonso X El Sabio, con Blanca de Francia, que tuvo lugar en 1269. Ese medio siglo coincide con el auge del reino de Castilla y de ahí que la Catedral jugará un destacado papel en la representación de la monarquía.

Como digno escaparate, la seo burgalesa trató de intercambiar experiencias con otros talleres de la época, señalando el profesor las similitudes con la estructura de la catedral francesa de Bourges, y las semejanzas en la decoración con la zona del Loira, Normandía, Anjou y Turena, aunque mucho más rica. Por otro lado, la participación de escultores alemanes supone, en su opinión, una prueba de los intereses políticos que tenía entonces la corte castellana (...).

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