«Abrir los conciertos a los que no son socios lo cambia todo»

I.L.H.
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ENTREVISTA | Nació en 1956 en Pradoluengo. Ahora jubilado, ha trabajado como economista. Se reconoce rockero amante de Pink Floyd, Dire Straits o los Rolling Stones. Y en clásica es fiel a las tres 'B': Bach, Brahms y Beethoven

José Ignacio Bravo, presidente de la Sociedad Filarmónica de Burgos - Foto: Patricia

La Sociedad Filarmónica de Burgos ha cumplido medio año desde que recuperó la actividad musical después de la pandemia y tomó las riendas de la institución la nueva junta directiva. Nacho Bravo, el actual presidente, hace balance de la temporada y adelanta algunas de las iniciativas que quieren sacar adelante una vez que sus conciertos han dejado de ser solo para socios y se permite el acceso a todo el mundo. 

Antes las actuaciones estaban reservadas a los miembros de la Sociedad, pero desde marzo puede acudir cualquier persona. ¿Qué les ha hecho tomar esta decisión y cómo lo han logrado?
Lo que queremos es divulgar y acercar la música clásica y evitar las reservas que muchas personas tenían sobre nosotros. Porque lo que buscamos es abrir la Filarmónica a la sociedad de Burgos. Que no sea algo cerrado o para unos pocos. De esta manera cambia todo muchísimo. Es otro concepto. Hasta ahora no podíamos porque al ser una sociedad privada estábamos sujetos al IVA y eso nos impedía vender entradas. Y para conseguirlo lo que hemos hecho es ir a hablar con Hacienda para solicitar que nos exoneraran de ese impuesto. Ynos lo han concedido.  

¿Cuánto cuesta cada concierto a un ciudadano que no es socio y a cuánto le sale al miembro de la Filarmónica?
El que no es socio paga por cada concierto 15 euros. Por temporada la Filarmónica programa una treintena de conciertos (y la próxima van a ser cuarenta). Como socio pagamos 200 euros al año repartidos en trimestres, así que cada actuación nos sale por la mitad. El margen es considerable y lo es entre otras cosas porque lo que nos interesa es que la gente se inscriba para contar con un presupuesto fijo mayor y poder traer a mejores intérpretes.

Comentaron en su momento que querían reducir la edad media de los socios, que son en su mayoría mayores. ¿Cómo lo están haciendo?
Con algo que también nos parece muy importante. Hemos creado un carné joven para menores de 29 años por 50 euros al año. Eso les permite ir a todos los conciertos y, si son treinta, estamos hablando de que cada actuación les cuesta poco más de euro y medio.

¿El acuerdo firmado con la Universidad de Burgosestá relacionado?
No. Es otra cosa. Nosotros les vamos a remitir todos los programas de mano desde el inicio de la historia de la Filarmónica para que hagan un estudio sobre la música en Burgos. La UBU además nos ayuda y se compromete a dar publicidad a nuestra programación entre su alumnado. Por otro lado, tenemos un concierto para el 27 de mayo con el Coro Ars Cantus y la Orquesta de Cámara de la UBU.

Esta temporada contabilizamos cuatro estrenos: de Javier Centeno, Pardo Bañeres y los que ya han sido de Francisco García Álvarez y María Pérez Díez»

¿Dentro de esos treinta conciertos incluyen los de la OSBu, a los que se han adscrito?
Sí, esos conciertos están dentro de la misma tarifa. Hemos llegado a un acuerdo con la Orquesta Sinfónica de Burgos y el Ayuntamiento para acudir a los cinco conciertos que dan al año en el Fórum. Porque queremos apoyar a la formación y la mejor manera de hacerlo es aportando todos nuestros socios, 400, a sus conciertos. Ya solo con esos conciertos estaría más que amortizado el carné joven, porque la media de la entrada por actuación es de 20 euros. También es verdad que a nosotros nos cuesta algo menos porque hemos solicitado al Ayuntamiento una rebaja en el precio, pero aún así con el carné joven estamos perdiendo dinero. Sin embargo no nos importa porque lo que queremos es rejuvenecer la sociedad y sobre todo crear semilla para que los jóvenes de ahora continúen de socios otros 111 años. 

En su estreno otra seña de identidad de la nueva andadura dijeron que iba a ser la presencia de intérpretes jóvenes. Alguno ya ha actuado, ¿están contentos los socios con este tipo de músicos?
Sí, sí. Y vamos a seguir por ahí. Nos hemos puesto en contacto con todos los conservatorios de Castilla y  León y para acabar la temporada tenemos previsto lo que llamamos Proyecto Futuro: los jóvenes más talentosos de la región acudirán a tocar a Burgos (será el viernes 10 y miércoles 15 de junio).

Querían también llevar la música a la provincia. ¿Cómo está ese tema?
Estamos estudiando dos vías para el curso que viene: utilizar templos significativos de la provincia para hacer conciertos y organizar un ciclo de órgano. Y hay más ideas, pero todavía tenemos que hablarlo con la Diputación.

Tengo entendido que ha habido cambios en la junta directiva... ¿No estaba recién constituida?
Sí, lo que pasa es que la primera se creó de manera apresurada para retomar la actividad. Y en mi opinión, una vez recuperados los socios, había que ratificarlo. De todas formas hay agradecerles el esfuerzo hecho porque la Filarmónica estaba al borde de la desaparición. Las elecciones las convocados el 8 de abril y para eso previamente ha habido que hacer unos estatutos nuevos, registrarlos en la Junta, adaptar la sociedad a la Ley de Asociaciones , aprobar un protocolo de régimen interno, crear la web (www.filarmonicadeburgos.com), tener presencia en Facebook e Instagram, renovar los carnés, etc. Una vez relanzado todo, se ha elegido la nueva junta directiva en la que se han dado de baja tres personas y han entrado dos nuevas.

Hemos creado un carné joven para menores de 29 años. Son 50 euros por la temporada»

Evidentemente han hecho muchas cosas, ¿cuál es el balance de este primer medio año?
Creo que es extraordinario. Desde el punto de vista societario ya tenemos 400 socios y un 10% son jóvenes. A nivel musical hemos tenido conciertos de gran calidad en el que además hemos dado oportunidades a los jóvenes. Por ejemplo, vamos a tener cuatro estrenos en la temporada: el 11 de marzo se estrenaron Canciones, de Francisco García Álvarez y Vísteme de mar, de María Pérez Díez; el viernes que viene se escuchará por primera vez Pax, del compositor leridano Pedro Pardo Bañeres (esta obra ha sido compuesta especialmente para la actuación del Halí Trío de Praga en la Filarmónica de Burgos), y el 27 de mayo se estrenará el Kyrie y Gloria de la obra Missa pro pace, de Javier Centeno, en el concierto que tenemos organizado con dos formaciones de la UBU.

En la historia de la Filarmónica ha tenido un papel destacado el anterior presidente, José Manuel Alegría de Rioja, recientemente desaparecido. ¿Qué han preparado para su homenaje?
Cierto, queremos agradecerle todos sus desvelos y los años de dedicación. Vamos a contar con un quinteto de viento espectacular, Carion se llaman, posiblemente el mejor quinteto de viento de Europa. Y vamos a trasladar el concierto al Teatro Principal para tener una aforo mayor (normalmente las actuaciones tienen lugar en el auditorio de la Fundación Círculo de la calle Ana Lopidana). Será el 18 de mayo y queremos que sea también un homenaje al socio por su fidelidad, constancia y templanza. En este caso contamos con el patrocinio del Grupo Ureta.