En un mundo en constante evolución y en el que tener garantizado un trabajo estable se antoja complicado, cada vez son más los jóvenes que se lanzan a poner en marcha su propia empresa. Tradicionalmente nuestro país no se ha caracterizado por fomentar el emprendimiento, aunque ya son muchos los que se aventuran a ello, no sin asumir un riesgo que no saben como acabará y muchas veces sin hacer estudios de mercado y sin un asesoramiento previo. Y es que a emprender también se aprende y a emprender también se enseña, según apuntan quienes vienen dedicándose a esa labor didáctica como un trabajo más.

Uno de estos profesionales es Eduardo Elúa, a cuyo talento se han encomendado una docena de jóvenes, fundamentalmente arraigados en la Sierra de la Demanda, que participan desde hace varias semanas en el programa denominado MasterMind (lanzadera de emprendimiento) organizado por el Grupo de Acción Local Agalsa en colaboración con la Fundación Oxígeno. El objetivo del curso es asesorar y mentorizar durante los 6 próximos meses a esas personas para que al final del proceso logren implantar su negocio o empresa en el territorio de la Demanda y su entorno, prioritariamente.

Con perfiles tan diferentes como los de diseñador gráfico, abogada, diseñadora de interiores, artesanos, organizadora profesional de espacios, empresarios de turismo rural, músicos o comerciantes, los asistentes al MasterMind -cada 15 días en el coworking de Atapuerca- se dejan guiar por Elúa en ese camino de aprendizaje para emprender y perdurar en sus empresas, y como si de estudiantes se tratara, el programa no solo se centra en las sesiones quincenales presenciales, sino que cada semana de forma telemática siguen trabajando con tareas, retos, formación y trabajo colectivo. Las 'clases' no son unidireccionales, sino que se trata de que unos y otros aporten, se comuniquen, hagan propuestas, den ideas y se empapen de distintas metodologías y herramientas que les ayuden a diseñar sus proyectos y estrategias y, finalmente, a instalarse y lanzarlos al mercado.

Andrea es decoradora de interiores y hace ya un año que creó su propia empresa en su pueblo. - Foto: Luis López Araico

Algunos de los participantes ya han puesto en marcha sus empresas, pero consideran que tienen carencias para darse a conocer, llegar al consumidor o al clientes, para hacer campañas de marketing, para trabajar en redes o cualquier otra fórmula que consolide y haga duradero y rentable su negocio.

Otros tienen ideas para emprender, pero carecen de experiencia para definir su proyecto y comenzar a desarrollarlo. Unos y otros se acercan desde distintos puntos de la geografía burgalesa a Atapuerca, la cuna de la evolución humana, para también evolucionar y sentar las bases de un proyecto enfocado al medio rural con el que ganarse la vida y al mismo tiempo dar un servicio a los vecinos.

Andrea Mediavilla | Creadora de AMV Interiores, en Vilviestre del Pinar

Esther tiene intención de establecer su despacho de mediación en Salas de los Infantes, su pueblo. - Foto: Luis López Araico

"Mi pasión es reformar casas antiguas, que cuentan historias, y darles una segunda vida"

Andrea Mediavilla es una de las participantes en el MasterMind de Agalsa. Con apenas 24 años tiene su propia empresa de diseño, AMV Interiores, ubicada en Vilviestre del Pinar, su pueblo.

Su pasión es reformar casas antiguas y darles una segunda vida, y explica que su trabajo se dirige a personas que quieran desplazarse a vivir a los pueblos y que se encuentran con las dificultades, primero de no encontrar vivienda, y luego con la necesidad de reformarla. Pero no se cierra caminos y se abre a reformas inmuebles donde se residen habitualmente y negocios "que quieran cambiar de cara". En todos estos casos, entra Andrea con su creatividad, tanto trabajando desde las primeras líneas de construcción hasta la decoración final. "Sería como la figura que acompaña o conduce al cliente en llevar todo el proceso de su obra, bien de forma presencial o a distancia", añade. La joven ha realizado ya algunos proyectos para el Valle Digital y en pueblos de Soria, La Rioja y Burgos. Explica que se ha apuntado al curso para conducir su negocio y saber las claves para centrarse en el mundo rural.

Esther García | Abogada y mediadora

Encarna se estableció hace dos décadas en Santa Olalla donde lleva años rehabilitando una vivienda para alquilar de forma temporal. - Foto: Luis López Araico

"En los pueblos, la mediación es el sistema de solución de conflictos que permite convivir"

Esther García Guerrero, abogada de profesión, está empeñada en sacar adelante su propio despacho de mediación para resolver conflictos en el medio rural, "que entiendo que es uno de los ámbitos más necesitados y donde más eficacia y satisfacción podría dar a los vecinos de los pueblos".

Su deseo sería instalarse en Salas de los Infantes, su pueblo, pero de no ser posible, asegura que tampoco le supondría ningún problema desplazarse a las localidades a prestar este servicio, "pero me gustaría vivir allí", apunta la abogada serrana.

Miembro de la Comisión de Mediación del Colegio de Abogados de Burgos, Esther parte de que establecer la mediación es la mejor solución para erradicar un problema de raíz y evitar llegar al procedimiento judicial. En cuanto a lo que le aporta el MasterMind dice que para empezar, una visión del mundo empresarial "que no siempre es fácil", y por otra parte, aprender de situaciones que se plantean y sirven de ejemplo y guía "para saber a quién te tienes que dirigir y cómo para realizar tu proyecto, qué tienes que preguntar y qué ofrecer".

El bilbaíno Gorka se ha establecido en Nofuentes, donde le gustaría instalar su empresa de diseño en impresión 3D. - Foto: Luis López Araico

Encarna García | Santa Olalla del Valle

"Llevo años rehabilitando una casa de labranza para alquilar espacios como zonas de trabajo"

Encarna García es riojana, pero lleva media vida en el mundo rural, y mucho tiempo rehabilitando una casa típica de labranza con criterios de bioconstrucción en Santa Olalla del Valle, a escasos kilómetros de Pradoluengo. Es un proceso que va despacio, pero la idea es ofrecer apartamentos en alquiler temporal a familias que quieran dar un paso al medio rural y necesiten un tiempo para establecerse o a personas que "quieren salir del mundanal ruido y por una temporada vivir en el pueblo, estudiar, preparar oposiciones o relajarse", asegura Encarna.

Terminar el proyecto depende de su disponibilidad económica, y añade que la idea es compaginar el alojamiento con un programa de actividades a disposición de los inquilinos o grupos de trabajo. Su intención es sacar 4 apartamentos, un espacio de trabajo común y un jardín también para trabajar y de esparcimiento, con un huerto ecológico.

Considera que el curso le puede ayudar a poner en marcha esta iniciativa y espera también que las ayudas europeas lleguen a proyectos rurales como el suyo.

Gorka Ormaetxe | Artesano tecnológico

"Mi objetivo es acercar el mundo de la impresión 3D en madera al medio rural desde Nofuentes"

Otro de los participantes en el curso de Agalsa es Gorka Ormaetxe quien se considera artesano y se dedica al mundo de la impresión 3D trabajando la madera, una peculiaridad que hace sus diseños únicos. Es lo que él llama "la evolución tecnológica del artesano rural".

Con raíces en Nofuentes, se ha instalado en este pueblo de las Merindades donde quiere establecer su empresa; Gorka afirma que se ha apuntado al MasterMind porque quiere iniciar su andadura en la zona rural y entiende que el asesoramiento de Elúa le será muy útil para lanzar su producto, que serán murales decorativos volumétricos personalizados con cualquier tipo de ilustración, geometría, fotografía, paisajes o fotos a diferentes tamaños.

Gorka quiere empezar vendiendo su artesanía 3D a casas rurales, ideales para decorar sus paredes y habitáculos con esta tecnología, e irse extendiendo a otro tipo de inmuebles. Considera que el medio rural tiene edificios susceptibles de introducir estos diseños que dan un aire artesanal a sus espacios. Ya trabaja en elaborar una página web.