Juan Manuel Pérez

Plaza Mayor

Juan Manuel Pérez


Más calabazas que crisantemos

05/11/2022

Soy muy devoto de la filosofía de mi amigo Mañas y de sus sabias palabras: «Cualquier excusa es buena para echar un trago». Lo repite cuando se avecina algún evento, y no le falta razón. Cambiemos trago por fiesta, divertimento, regocijo o cualquier otro motivo que alegre al personal, para no dar por hecho que en este país sólo sabemos celebrar cuando hay una copa de vino de por medio.

Venimos de la semana en la que hemos santificado el día de Todos los Santos, aunque estaría mejor comenzar a asumir que hemos celebrado Halloween, por más que moleste a los puristas y a los que añoran los atascos a las puertas de los cementerios. La propiedad intelectual del título de esta Plaza Mayor es de un tertuliano de Escaño Cero, florista para más señas, que esta misma semana señalaba que ahora se hace más negocio vendiendo calabazas para adornar con motivos terroríficos la noche del 31 de octubre, que flores para llevar a las sepulturas la mañana del 1 de noviembre. Es un nuevo nicho -con perdón- de mercado.

Servidor, que no es muy de celebrar ni la tradición patria ni la importada del país del Tío Sam, tuvo que hacer cola durante casi dos horas para poder entrar en un adosado de Villagonzalo Pedernales convertido en casa de los horrores. Fue el peaje a pagar por cumplir con los caprichos de la chavalería, que llevaba buscando disfraces para la ocasión desde que terminaron las fiestas patronales en verano. Puede que algún día se vuelva a poner de moda la representación del Tenorio, y que algún moderno lo convierta en tendencia, pero de momento habrá que dejarse llevar y asumir que es una utopía nadar contra la corriente y sobre todo contra la diversión del personal.