Premio al trabajo defensivo

J.C. MORENO / Gijón
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El Burgos CF araña un punto en El Molinón tras aguantar el empuje del Sporting durante 80 minutos. Una vez más, José Antonio Caro fue determinante

Con esta magnífica intervención José Antonio Caro evitó el gol de Pedro Díaz en el minuto 85. - Foto: Jesús Javier Matías

El Burgos CF tiró de manual defensivo y se llevó como premio un empate en El Molinón ante un Sporting de Gijón que una semana antes le había metido cuatro al Andorra. Fue un punto sufrido, como otros muchos que ha logrado el Burgos de Calero. Tuvo muy poco presencia en ataque pero consiguió algo vital, aguantar el enorme empuje ofensivo del Sporting y jugar el último tramo del partido en campo contrario, sin agobios y, sobre todo, con dos opciones de poder haberse llevado el partido. Quizás no hubiese sido justo. El conjunto asturiano tuvo las mejores oportunidades. Sin embargo el plan trazado por Calero salió a la perfección y contó con un José Antonio Caro pletórico y salvador en tres ocasiones claras.

Fue un ejercicio de supervivencia. El Burgos CF acudió al Molinón con lo justo, sobre todo en ataque, y con pocos recambios en el banquillo. Julián Calero decidió, además, sacrificar a un atacante, Juan Artola, para colocar otro centrocampista, Raúl Navarro, vigilante incansable de uno de los mejores jugadores rivales, Cote. Con cinco defensas, cuatro medios y solo Valcarce en punta, el equipo blanquinegro saltó al césped dispuesto a sufrir. Y así fue desde el primer minuto, con tres avisos muy serios en los diez primeros minutos, y las dos primeras intervenciones de Caro.

Pero muchas veces el fútbol es muy caprichoso y en la única llegada del Burgos Borja González se plantó solo en el área asturiana tras un magistral pase de Bermejo. Mariño respondió con una gran intervención y Borja regresó a su sitio, a vigilar al habilidoso Queipo. Era el minuto 17 y solo uno después llegó una de las jugadas claves del partido. El colegiado valenciano Ais Reig sancionó como penalti una acción de Aitor Córdoba sobre Cristo. El defensa vio la cartulina amarilla y Elgezabal otra por protestar. Y cuando iba a lanzar Djuka la pena máxima, desde el VAR pidieron al árbitro que revisase la jugada. En ella se vio que no hubo penalti y el rectificó su decisión inicial.

Tras esta acción se produjo una leve mejoría del conjunto de Calero. Una gran acción de Bermejo permitió al Burgos sacar su primer saque de esquina y coger un poco de aire después de unos primeros minutos agónicos.
La tortura que había supuesto para Borja y Navarro frenar a Cote y Queipo dio una pequeña tregua, aunque estos dos futbolistas no eran la única amenaza, porque por la derecha el mexicano Juan Otero encaraba una y otra vez a Fran García.

La tregua duró poco ya que en el minuto 27 el Sporting gozó de una gran oportunidad, curiosamente a través de un contragolpe que Queipo no supo definir con precisión. Recuperaba el mando el Sporting y Juan Otero puso a prueba a José Antonio Caro, que respondió con una magnífica intervención.

El Burgos esperaba ansioso el descanso, reponer fuerzas para volver a una batalla cada vez más dura. Una falta lanzada por Djuka en el minuto 45 y dos errores groseros de Aitor Córdoba y Mumo al perder el balón en el descuento llevaron el susto a los más de 1.000 aficionados en El Molinón.

Cambio de guion. Salió con mucha fuerza el Sporting en la segunda mitad y de nuevo encerró al Burgos con las mismas armas, las acciones por la izquierda de Cote y Queipo, que en el minuto 50 ya puso a prueba a Caro.

(La información completa y las fotografías del partido y de los aficionados blanquinegros desplazados a Gijón, en la edición impresa o aquí)