La ciencia se va de bares

ALMUDENA SANZ
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Burgos se estrena de forma presencial en el Pint of Science con el fin de quitar corsés a la divulgación del conocimiento. Tres locales y 17 investigadores avivan esta cita que quiere seguir

David Rodríguez-Lázaro ‘pagó’ la primera ronda en La Rúa con una charla sobre el uso de antibióticos. - Foto: Jesús J. Matías

Carmen, Mariví, Aurora y Sagrario esperan delante de una cerveza, aunque tres sean cero, cero, a que empiece la acción. Detrás, cual grupis, algunos amigos, familiares, conocidos de una ponente charlan animadamente. Y ajenas a lo que va a suceder en La Rúa ese lunes por la tarde, en la última mesa, unas señoras echan la partida. Es lo que tiene llevar la ciencia a escenarios insólitos. Pero este ambiente pintoresco, espontáneo y distendido que proporciona un bar es el que busca Pint of Science, un festival internacional nacido hace diez años en Reino Unido, importado por España en 2015 y que, tras la pandemia, recupera el formato presencial, al que, tras una primera edición online el año pasado, se suma Burgos. Se estrena con tres bares y 17 investigadores. Arrancó ayer y se alargará hasta mañana en el citado local de Reyes Católicos, en El Sótano Cultural (Obdulio Fernández, 38) y en el Carmen 13. La cita, a las siete de la tarde. Los temas, de todo un poco. Todos los detalles en www.pintofscience.es

Lejos de los salones de actos y de las aulas, un tanto desubicada afirmaba encontrarse Sara Alonso de la Torre, profesora de la Universidad de Burgos, «en un ambiente no típico». Nunca se había visto en otra, pero sostenía la importancia de sacar el conocimiento de sus lugares comunes. «He dado muchas charlas, en muchos sitios, pero nunca en un bar. Es muy importante la difusión de la ciencia y sacarla a la calle siempre es interesante porque campos como el mío, la alimentación y la nutrición, ya están ahí», señalaba. Lugar inhabitual, público ajeno, pero mismo contenido que cualquier otra charla divulgativa. «Siempre se trata de que lo entienda la mayor parte de gente y adaptarlo al lenguaje de ese público no experto», remachaba expectante ante las preguntas que pudieran surgir a unos espectadores sentados en la mesa de un bar con una cerveza delante. 

De cómo la alimentación influye en el estado de salud y qué se puede hacer para mejorarlo, tanto el propio como el de las generaciones futuras y del medio ambiente, hablaría la invitada. Antes lo haría sobre antibióticos su colega David Rodríguez-Lázaro, director del Centro de Patógenos Emergentes y Salud Global de la UBU, subido en el escenario cual aclamado monologuista. 

Si los científicos no se habían visto antes en otra, tampoco las paredes de La Rúa, más hechas al flamenco y al rock, habían escuchado en su local a la ciencia. «La intención es echar una mano; si luego viene gente, maravilloso. Nos parece una iniciativa muy buena. Llevamos 25 años apoyando la cultura y esta es otro tipo», anotaban los hermanos José y Carlos Sancho desde el otro lado de la barra minutos antes de que la espuma empezara a rebosar las pintas. 

Alguna lo haría en un vaso creado para la ocasión. Es el premio del ganador de la suerte de trivial al que pueden concurrir los parroquianos entre charla y charla a través del móvil. «Es una manera de implicar a la gente y retenerla a las dos ponencias», observaba Marta Martínez, miembro del equipo organizador con Juan Sanz, Noelia Velasco y Fernando Martínez. Ella se divirtió tanto en este festival hace unos años en el Reino Unido que cuando gracias a un contrato María Zambrano volvió a la UBU, a su ciudad, supo que debía empeñarse en que disfrutara de esa experiencia que se celebra de manera simultánea en 44 localidades españolas. A orillas del Arlanzón, «ojalá», esta 'pinta de ciencia' brinda por quedarse.