Miranda pasará página llegado el mes de abril

ARSENIO BESGA
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La Biblioteca Cervantes abrirá sus puertas antes de mayo. La dotación tiene un aforo para casi 300 personas y desde el Consistorio la califican de «eficiente, confortable y accesible»

Soraya Solórzano, Elena Heras, Montserrat Cantera y Aitana Hernando (de izquierda a derecha), en la sala de conferencias de la planta baja. - Foto: A.B.

El nuevo hogar de la cultura mirandesa está a punto de abrir sus puertas. La Biblioteca Cervantes, que mantiene la estructura del antiguo colegio homónimo, se pondrá en funcionamiento el próximo mes. El recinto incluye multitud de espacios reservados para el estudio, los juegos infantiles, las conferencias de amplio calado y la relajación de los presionados alumnos que, en época de exámenes, agradecen el reposo momentáneo.

Ningún representante municipal concretó el día de la inauguración durante la última visita. No obstante, Montserrat Cantera, responsable de Cultura, comentó que la Feria del Libro «podría ser una buena fecha». En cualquier caso, la dilatación del proyecto tiene que ver con «el retraso en la llegada de materiales», según la alcaldesa, Aitana Hernando.

La ejecución de las obras supuso un desembolso de casi dos millones de euros. El Consistorio se muestra satisfecho con cómo se han invertido. La nueva dotación podrá albergar a casi 300 personas a la vez. De esos ciudadanos, 84 adultos y 32 niños contarán con puestos de esudio. Además, se reservan 14 ordenadores municipales. Desde el punto de vista de la alcaldesa, «el resultado es un equipamiento moderno, a la altura de lo que necesitamos como ciudad». Según expresó, el edificio destaca por su carácter «eficiente, confortable y accesible».

La construcción, que emplea el armazón del antiguo colegio pero se ha recubierto con aislante, se distribuye en cuatro plantas, cada una con sus aseos. Bajo el tejado, se halla la tan demandada sala de estudio, con algo más de cien metros cuadrados. En el tercer piso, se ha creado un lugar específico para la Fundación Cantera a fin de acercar a la ciudadanía sus materiales y conocimientos. A través de ese mismo rellano, también se podrá acceder a una sala de ordenadores contigua a un pequeño rincón apto para el descanso. Una planta más abajo, se encuentra, la sala de estudio principal con más de 200 metros cuadrados. Ya en el primer piso, los más pequeños dispondrán de dos entornos. Uno, la biblioteca infantil, y otro, el área recreativa.

La planta baja, al margen del amplio y luminoso recibidor, acoge una interesante sala de conferencias y un archivo para publicaciones. Aún con todo, lo más curioso del edificio no se ve a simple vista. Tras el auditorio del piso a cota cero, los operarios se llevaron una gran sorpresa. El antiguo Colegio Cervantes tenía un sótano tapiado que no figuraba en los planos. «Se dieron cuenta porque casi se cae una máquina», recuerda Elena Heras, la arquitecta del proyecto. Según dice, el suelo de ese lugar tiende a humedecerse con las inundaciones y no se empleará para almacenar libros, aunque sí servirá para otros menesteres.