Ucrania pinta luminoso

ALMUDENA SANZ
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Una colectiva en la Casa de Cultura de Gamonal reúne las obras de diez artistas de aquel país, unos las han enviado desde allí y otros desde sus ciudades de acogida, en España, Portugal o Alemania

Anzhelika Svirska, Olesia Kotelevska y Masha Kruts (de i. a d.) sujetan alguna de las pinturas con las que participan en esta muestra con tinte solidario. - Foto: Jesús J. Matías

Nadie mejor que los ucranianos sabe del sufrimiento que padece el país desde la invasión de Putin y nadie más que ellos desea que ese dolor cese. La esperanza, la luz e incluso la alegría son los colores de la bandera que ondea Artistas ucranianos por la paz, una colectiva que reúne la obra de diez creadores de aquel país en la Casa de Cultura de Gamonal desde hoy y hasta el 29 de noviembre. 

En esa luminosidad, felicidad y viveza insiste su orquestadora, Anzhelika Svirska, una ucraniana que se enamoró de un burgalés y desde 2008 vive a orillas del Arlanzón, y que se ha propuesto trasladar un mensaje optimista, que en su tierra aún quedan muchas ganas de vivir y de crear. Lo hace a partir de las pinturas enviadas por sus autores desde allí o sus países de acogida, Portugal, Alemania y España, incluida Burgos. 

Aquí llegó Olesia Kotelevska tras pasar por Barcelona y Valladolid. Salió de Zaporiyia con su marido y su hija al inicio de la guerra y en Polonia se subieron a un autobús sin saber su destino. Quiere desarrollar su profesión de ilustradora de álbumes infantiles y aquí cuelga una con el protagonista de su primera publicación en España, El cielo azul, y otra con la palabra 'paz' bien visible. 

En Burgos hallaron refugio Nadiia Samokhina (ahora trabajando en Málaga), que tiende un puente entre su tierra de origen y la de acogida con una colección bañada por la luz de Castilla, con su paleta de ocres, verdes y azules, y Elena Horbatenko, que empezó a pintar solo hace dos años como una terapia para olvidar el estrés de la guerra. La propia Anzhelika, que tira de grafito y de retrato, y su hija Sofía Pavón completan la terna local. 

Pero las pinturas también llegan de otros puntos de España y del resto de Europa. 

En un viaje relámpago desde Madrid trajo el lunes sus acrílicos Masha Kruts. Cada uno cuenta una historia, cuajada de símbolos y de una explosión cromática. Dice que ese colorido se lo transmite España, un país que eligió tras salir precipitadamente de Ucrania dos días antes de la invasión. Una rabiosa luminosidad desprende la pintura que envía Olena Hontar desde Alemania y de resistencia habla Oleksiy Shekshuev desde Portugal. Y todos los obstáculos ha salvado Maksym Kisilov para mandar sus acuarelas desde Ucrania. Una rica paleta de morados, azules y grises abren una ventana a este país, al que pretende ayudar esta exposición. 

Los cuadros se pueden comprar contactando con cada artista, que donará una parte para ayudar a que la luz regrese a su día a día. 

CON NOMBRE PROPIO

Anzhelika Svirska. Agitadora cultural, defiende el arte como un buen vehículo para dar a conocer y ayudar a su país, que abandonó en 2008 para afincarse en la tierra de su marido. Diseñadora de moda en Ucrania, pinta desde niña y ahora se entrega al retrato. Utiliza grafitos, lápices de acuarela y óleo, bolígrafo... 

Maksym Kisilov. Con obra en colecciones de todo el mundo (Polonia, Alemania, Francia, Estados Unidos, China...), ha hecho un gran esfuerzo para enviar sus acuarelas desde Ucrania y contribuir con esta muestra que busca trasladar un mensaje optimista. 

Masha Kruts. Pinta desde el año 2014 y observa que su paleta se ha iluminado a raíz de su estancia en España. Simbolismo y colorido marcan su producción. 
olena masur. Ha decidido permanecer en su país, pero la invasión rusa le obliga a ir de ciudad en ciudad. La logística se complica y solo ha podido mandar una ilustración. 

Nadiia Samokhina. Refugiada en Burgos, enmarca su pintura en la tradición de su país y aquí cuelga una colección de paisajes de Castilla. 

Olena Hontar. Guardiana es el título del óleo que ha creado expresamente para esta propuesta. Un derroche de calidez y luz enviados desde su residencia en Alemania. 

Olesia Kotelevska. Se subió a un bus en Praga con su familia sin saber que su destino era España. Tras unos meses en Barcelona con una familia, contactaron con Cruz Roja, que los alojó en Valladolid y luego en Burgos. Lo suyo es la ilustración. 

Elena Horbatenko. La guerra en su país la empujó a coger los pinceles. «Empecé a pintar copias libres como una terapia para minimizar el estrés. No sabía que me gustaría tanto expresar mis emociones a través de un lienzo», comparte en el programa de la exposición, en la que participa con dos reproducciones. 

Sofía Pavón Svirska. A sus 13 años, es la más joven y cuelga alguno de sus dibujos, entre ellos, con los que concurrió al Premio AXA.

Oleksiy Shekshuev. Hablarle al mundo entero «sobre la heroica resistencia de la gente de Ucrania» es el objetivo de sus dos pinturas.