La proximidad entre Burgos y el País Vasco provoca que, a diario, sean centenares los camioneros de la provincia que cruzan la frontera en Miranda de Ebro durante su jornada de trabajo. El ya de por sí castigado sector del transporte por carretera tiene que hacer frente desde principios de año a nuevos gravámenes por circular en distintas carreteras de la comunidad vecina. La imposición de peajes en vías como la N-I y la A-15 de Guipúzcoa y en la N-240 y la BI-625 en Vizcaya provoca que, de media, los 300 camioneros burgaleses que las emplean cada día tengan que abonar alrededor de 50 euros.

De este modo, cada jornada los profesionales de la provincia se dejan 15.000 euros por transitar por estas carreteras. «Nos supone un gasto tremendo», lamenta Eduardo Rilova, presidente de Asebutra, la patronal del transporte de Burgos. En dirección Irún son muchos los camioneros que circulan para dirigirse hacia la frontera con Francia y de ahí emprender rutas internacionales, mientras que las relaciones industriales con Bilbao provoca que otra parte importante de la flota provincial tenga a esta ciudad como destino a diario.

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