"Tener una idea nueva cada instante me ayuda a vivir"

A.C.
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La investigadora Bárbara de Aymerich, profesora de la UBU y alma mater de Espiciencia, acaba de ser reconocida con uno de los premios a los mejores docentes del mundo, el Global Teacher Award 2020 que otorga AKS

"Tener una idea nueva cada instante me ayuda a vivir"

El aula de Espiciencia está llena de estímulos e ideas, como las que bullen sin descanso en la mente de Bárbara de Aymerich Vadillo, su directora desde hace una década. Esta doctora en Ciencias, tecnóloga de los alimentos y química que compagina sus clases como profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Facultad de Educación en la UBU con las de sus pequeños espicientíficos, de entre 4 y 16 años, acaba de recibir un nuevo galardón. Esta vez, la organización AKS, Alert Knowledge Service, volcada en la innovación en la formación, tecnología, gestión de la educación e investigación, la ha reconocido entre los mejores docentes del mundo en los Global Teacher Awards 2020 junto a otros dos profesionales de la enseñanza de nuestro país.

De Aymerich, que este año lamenta contar con solo 38 alumnos en Espiciencia, la mitad que el pasado curso, debido al coronavirus y a la necesidad de crear grupos burbuja que no admiten alumnos de otros centros escolares distintos al de Espinosa de los Monteros, habla con pasión de todos sus proyectos. No hay duda de que hace felices a sus alumnos y eso se traslada a su estado de ánimo. Lo mismo están inmersos en un proyecto que les va a mostrar la minúscula y para el resto imperceptible vida en forma de artrópodos, bacterias y hongos que tienen su hábitat en distintos tipos de suelos que montan una escena de ópera con la gravedad como protagonista y que formará parte de la Global Science Opera o que analizan la cantidad de metales del aire gracias a las vellosidades de las plantas de fresa que han repartido por la comarca y con las que han comprobado la pureza de su ambiente a diferencia del que mostraban participantes de otros puntos de España. Esto último lo han hecho al convertirse en ‘Vigilantes del aire’ con la Fundación Ibercivis y la UBU. También hay tiempo para un proyecto de nanotecnología con el que crean sus propios nanorobots...

Harían falta horas y horas para resumir la cantidad de iniciativas que esta profesora y embajadora Scientix -la comunidad para la enseñanza de las ciencias en Europa- lleva a cabo con sus chicos y chicas. Con sus proyectos, Espiciencia y sus espicientíficos han ganado un sinnúmero de premios, como el que acaban de cosechar en la Feria Expocytar de la Red Iberoamericana de Clubes de Ciencias Arciteco celebrada en Argentina. Iban estar presentes, pero la pandemia ha truncado todos los planes y De Aymerich no descarta acudir a la próxima edición en 2022.

Hasta entonces no parará seguro. "Tener una idea nueva cada instante me ayuda a vivir", dice una de las mejores docentes del mundo, que para alcanzar este premio ha relatado al jurado de AKS la multitud de iniciativas que emprende, como la de ofrecer un reto espicientífico a sus alumnos y los niños que quisieron seguir su blog durante cada día del confinamiento durante un total de 75.

Su espíritu científico quiere trasladarlo ahora a los nuevos maestros que forma en la UBU. Se siente especialmente orgullosa de esta parte de su trabajo, iniciada hace tres años: "Formando a futuros maestros estoy supercontenta. Estamos intentando que cada vez hagan más partícipes a sus alumnos en la ciencia de cada día y que los docentes de ciencias sean unos enamorados de las ciencias". Y es que Bárbara de Aymerich ve "imprescindibles las ciencias para la vida diaria y más en este momento, porque tener bagaje científico te ayuda a saber a qué fuentes acudir y diferenciar los bulos. Y eso se va alimentando en casa, en las escuelas y en sitios, como Espiciencia".

Sin duda, nunca se arrepiente de su proyecto de vida en Espinosa de los Monteros, porque cuando a esta científica se le pregunta por el medio rural no dice que sea el mejor lugar para vivir, sino que "es el sitio para vivir", donde se aprecia el silencio, se respira aire puro, por la calle todos la saludan y la hacen sentirse "alguien". Por eso comprime sus clases en la UBU de febrero a julio y los días de docencia para faltar lo menos posible de su casa y de Espiciencia, donde cuenta con el apoyo de Joserra Oyanguren, Nerea Martínez y Gabriel Sobrino.