Las discrepancias entre juzgados han sido notables en los últimos años a la hora de decidir sobre los recursos que algunos conductores presentan por sanciones impuestas tras detectar un radar un exceso de velocidad. La principal disonancia entre casos muy similares está en la calibración de los cinemómetros, es decir, si aplica debidamente o no el margen de error correspondiente. Los órganos de lo Contencioso-Administrativo 1 y 2 de Burgos han mantenido casi siempre la misma línea en el último año. No en vano, hasta en diez ocasiones han reducido la cuantía de las multas al considerar que Tráfico no había ejecutado de manera correcta los descuentos. Los AutomovilistasEuropeos Asociados (AEA) llevan una década exponiendo esta problemática y pidiendo que se ponga fin a lo que consideran una «lotería judicial». La DGT, por su parte, se defiende y recuerda que estos dispositivos de control están regulados debidamente.

La mayor parte de esa decena de sentencias que estimaron parcialmente las reclamaciones de conductores son de radares fijos ubicados en carreteras de alta capacidad que no aplicaron correctamente los márgenes de error. Por ejemplo, el juez da la razón a un recurrente al que le ‘cazaron’ a 153 kilómetros por hora en una autovía, donde el máximo son 120. La sanción por este exceso es de 300 euros y la pérdida de dos puntos del carné. Sin embargo, el magistrado considera que no se le aplicó el descuento del 5%. Por eso, corrigió la multa y la redujo a los 100 euros, sin mayor consecuencia para el permiso de conducir.

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