«Todavía tengo ciclismo en las piernas. No tiro la toalla»

ROBERTO MENA
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Carlos Barbero sigue siendo un ciclista profesional, aunque por el momento está en el paro. Confía en encontrar un hueco y entrena para estar preparado. Acumula más de 12.000 kilómetros en cuatro meses

Carlos Barbero, ciclista profesional burgalés. - Foto: Qhubeka

Carlos Barbero sigue siendo un ciclista profesional, aunque por el momento está en el paro. El Qhubeka, con el que tenía un año más de contrato, no encontró los apoyos suficientes para continuar en el pelotón internacional y el burgalés se quedó sin equipo. A sus 30 años asegura que aún tiene mucho ciclismo en sus piernas y se niega a tirar la toalla. Confía en que su representante le encuentre un hueco, por lo que mantiene la rutina habitual de trabajo y desde que regresó a los entrenamientos hace 4 meses ha acumulado más de 12.000 kilómetros. Quiere estar preparado para cuando le llegue el momento de volver a colgarse un dorsal. Para pasar el mal trago y mantener la motivación se aferra a los valores que aplica en todos los ámbitos de la vida, «esfuerzo, dedicación y compromiso». 

¿Cuál es su situación en estos momentos?
Sigo entrenando y estoy como anteriores años en estas fechas, en forma. Estoy esperando que mi mánager resuelva la situación.

Así que sigue haciendo vida  de ciclista profesional.
Estoy en el peso que tengo que estar, realizando los mismos entrenamientos de anteriores temporadas y llevo más de 12.000 kilómetros a estas alturas del año. Quiero estar listo para cuando pueda colgarme un  dorsal.Estoy trabajando para poder competir de inmediato.

¿Cómo va la búsqueda de equipo?
Mi mánager es el que está contactando con las escuadras. Al igual que yo, cree que tengo que seguir porque tengo 30 años y todavía ciclismo en las piernas. Si pensara que se ha pasado mi periodo o me viera mal físicamente sería el primero en reconocerlo y ver que no me compensa lo que estoy haciendo, pero no es el caso. Cuando tienes un mánager lo que haces es delegar ese trabajo de encontrar un equipo. Igual que tenemos preparadores físicos, dietistas o biomecánicos, cuentas con una persona que se encarga de esos temas. Bastante tenemos nosotros con entrenar y cuidarnos como para también ocuparnos de ese tema.

¿Sigue habiendo huecos en el pelotón profesional?
Sí, pero las fechas van avanzando. Es marzo y la temporada está más que arrancada. Siempre se ven casos todos los años que se fichan corredores por estos meses, más con lo que ocurrió con el Qhubeka en la que nos quedamos varios corredores sin equipo.

¿Está viviendo su etapa más dura como ciclista?
Es una de las peores situaciones en las que te puedes encontrar. Una lesión sabes cuando te podrás incorporar y cuentas con unos plazos. Lo malo aquí es esa incertidumbre, pero tienes dos opciones o tirar la toalla o seguir peleando.

¿Esta experiencia le hará más fuerte cuando regrese a la competición?
Lo que sé es que tengo muchas ganas de volver a competir y si no las tendría hubiera arrojado la toalla.

¿Su objetivo es estar preparado para demostrar un buen nivel desde el primer momento en el que tenga que competir?
Eso es. No te puedes permitir el lujo de que te llamen y decir al equipo que necesitas un mes para estar preparado. Hay que estar listo para que te llamen y al día siguiente en una carrera demuestres que estás al nivel adecuado. La preparación es la misma que otros años, he acumulado más de 12.000 kilómetros y he hecho todo lo que debe hacer un ciclista profesional.

Su estado físico es el adecuado, pero ¿cómo se encuentra de ánimo?
No es la situación idónea. Te tienes que mentalizar y esforzarte, pero esto es la vida y hay que tener muy presentes los valores de esfuerzo, dedicación y compromiso. Sin estos valores creo que no se puede ser un buen profesional. Eso es lo que he mamado desde pequeño y los aplico a todos los ámbitos de la vida, ya que creo que  te ayudan en situaciones como esta. Cuando suena el despertador cada día voy a entrenar igual que lo hacía un mes antes de participar en el Tour de Francia. No he perdido ni una jornada.

¿En estos momentos cuesta más levantarse cuando suena el despertador?
La motivación es diferente. No es lo mismo tener a corto plazo una carrera y contar con ese aliciente para trabajar. Aunque esa rabia por lo que ha sucedido y esas ganas de estar preparado te hace exprimir el ciclismo que tienes en las piernas y es hasta bueno.

¿Sus datos físicos son similares al de otras temporadas?
Los datos son para entrenar y saber más o menos cómo está, pero luego en carrera hay muchos factores los que influyen. Los números están ahí para prepararse. No soy de darles una gran importancia, ya que hay veces que con peores datos haces mejores carreras y al revés. Esos números son una guía para ver cómo vas entrenando y los números son parecidos a otros años a estas alturas.

¿Se ha puesto una fecha límite para encontrar equipo?
Mientras mi mánager esté trabajando y diciéndome que siga voy a continuar de la misma forma. No voy a tirar la toalla porque creo que todavía tengo ciclismo. De lo contrario no llevaría cuatro meses entrenando y habría empezado a hacer otro tipo de cosas. Si estoy luchando y esforzándome es porque confío en ello.

¿Cómo se explica que un ciclista que corrió la pasada campaña alguna de las mejores carreras del mundo, incluido el Tour de Francia, esté sin equipo?
Son cosas que pasan. Tenía otro año de contrato en el Qhubeka y al final el equipo desgraciadamente no salió. Ha habido compañeros que han encontrado acomodo, otros que se han retirado y otros seguimos entrenando.

¿Dejó pasar oportunidades por esperar a que todo se arreglara en Qhubeka?
Hubo contactos, pero el Qhubeka hasta última hora estuvo peleando por continuar y había opciones. 

Siempre tuvo claro que Qhubeka era su primera opción y el equipo en el que quería continuar.
Estaba muy a gusto, me sentía valorado y además tenía otro año. Pero las cosas han salido así. Pese a todo mi rutina no ha cambiado.

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