Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


De polvos y lodos

22/10/2022

No será por falta de advertencias sobre lo que ocurriría si el gobierno tomaba determinadas medidas presupuestarias y fiscales. De aquellos polvos llegan ahora los anunciados lodos y, de momento, comienzan a verse las primeras reticencias entre los inversores, empresarios y bancos, que hacen repercutir en empleados y clientes el incremento de los costes por las medidas fiscales. Se cumplían las advertencias y pronósticos de quienes conocían a fondo los asuntos que se trataban. Ocurrió lo mismo cuando Sánchez varió la posición española respecto al Sahara: de inmediato se produjeron alertas esperando a reacción de Argelia, que fue la prevista: palo a España en el gas y en las importaciones.

Hace unas semanas el presidente de gobierno calificaba como gran noticia que Volkswagen construiría una gigantesca factoría de baterías en Sagunto, con 3 mil puestos de trabajo. VW ha anunciado que estudia esa macroinversión ante las dudas europeas por el destino de los fondos a España, lo que podría traducirse en una reducción de esos fondos o que no se cumpla el calendario previsto de su llegada. Otras empresas españolas del mismo sector y de otros, han anunciado que renuncian a proyectos que tenían en perspectiva porque las nuevas condiciones laborales y el incremento de la fiscalidad los hace inviables.

El gobierno mantiene su tono triunfalista, pero llegan señales preocupantes de las organizaciones internacionales que analizan la situación económica mundial y ponen el foco en la debilidad de España en asuntos que son básicos para mantener la confianza de los inversores, y empiezan a verse como excesivamente optimistas los pronósticos sobre la recuperación general que supuestamente se produciría en el 2023. Algo que ya apuntaban empresas, los servicios de estudios de los más importantes bancos y las entidades financieras.

En el plano político tampoco pintan bien las cosas para el gobierno. Sánchez dio alas excesivas a Podemos, fue incapaz de ponerlo en su sitio cuando podía hacerlo y ahora se le solivianta Irene Montero con su ley trans. Una ley que rechazan de plano médico, juristas y expertos que no forman parte de la órbita podemita, y de la que abominan las feministas del Psoe, que son miles y defienden como nadie los derechos de la mujer. Han puesto pie en pared contra la autodeterminación de género, una locura se mire por donde se mire.

Irene Montero se ha puesto arisca, por no decir chula, exige que se tramite con urgencia la ley, y lanza todo tipo de amenazas, incluida la ruptura de la coalición. El acuerdo parece inviable, porque el asunto se ha convertido en un espectáculo en el que solo puede haber un vencedor, Irene Montero o Pedro Sánchez, y para el presidente de gobierno sería humillante, letal, ceder ante una política de tercer nivel que levanta banderas inadmisibles en una sociedad en la que no tiene cabida el progresismo de boquilla, sino soluciones para los problemas reales.

A ver cómo acaba esta historia… pero no pinta bien para Pedro Sánchez.