Juan Manuel Pérez

Plaza Mayor

Juan Manuel Pérez


Marcar territorio

20/05/2022

Comienzo a escribir esta columna con la sensación de estar viviendo un déjà vu. Esto ya lo he dicho yo antes, o al menos lo he pensado. Y es que he de reconocer que me siguen provocado ternura aquellos cándidos que continúan creyendo que el Senado sirve para algo y que se indignan por los empadronamientos de conveniencia de algunas de sus señorías. Viene esto a cuento por el malestar que ha vuelvo a generar la designación del alavés Javier Maroto, vecino por el interés -suyo, claro- de la localidad segoviana de Sotosalbos, como senador autonómico por las Cortes de Castilla y León. Entre los indignados se encuentran los irreductibles de Tierra Comunera, que esta semana han acudido al INE para denunciar presuntas irregularidades en la vecindad sobrevenida del exalcalde de Vitoria. 

Al del careto de la parte inferior izquierda de esta página, más que los cuneros 3.0 lo que de verdad le molesta es desconocer el auténtico papel que desempeñan en la presunta Cámara de representación territorial los senadores elegidos en urnas y aquellos que sí son nativos y con ocho apellidos castellano y leoneses. Les pediría auxilio para recordar sus nombres, pero tampoco quiero meterles en ningún compromiso. En estos tiempos de la transparencia, no estaría de más descubrir con qué frecuencia defienden los intereses de su circunscripción electoral y cuándo los de su circunscripción política, es decir, del partido que les pone o les quita de las listas. 

A la espera que nos despejen esas dudas, parece que la temporada va a estar muy animada en la Cámara Alta. No tanto porque se hable de territorios y sus problemas, sino porque allí se van a vivir los debates políticos entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, el gallego Alberto Núñez Feijóo, que este no ha tenido que empadronarse deprisa y corriendo en Orense.