Néstor Sanmiguel, un artista "inclasificable"

L.N.
-

La pintura "fuera de las normas" del zaragozano, Hijo Adoptivo de Aranda, se expone hasta el 19 de septiembre en el Museo Reina Sofía y, en paralelo, en el Artium de Vitoria con el título 'La peripecia del autómata'

Néstor Sanmiguel, un artista "inclasificable" - Foto: Museo Reina Sofía

Dice Néstor Sanmiguel que la selección de obras que componen la muestra La peripecia del autómata se ha hecho "con auténtico mimo". No es para menos. No todos los días un artista expone en el Museo Reina Sofía. Él ya lo hizo hace unos años y ahora repite... a lo grande.

El Palacio de Velázquez del Retiro acoge desde hoy hasta el 19 de septiembre 130 cuadros del reconocido pintor aragonés, Hijo Adoptivo de Aranda de Duero, donde reside desde niño. "¿Qué más puedo pedir? Después del Reina Sofía ya no hay más", aseguraba ilusionado hace unos días. No se olvida de que una de sus fijaciones de la juventud era precisamente alcanzar este museo. Y, ayer, en la presentación ante los medios de comunicación del trabajo que ha desarrollado desde sus inicios en los años 80 aprovechó para dar las gracias "a todos los que me han apoyado y me han sacado de las garras del olvido, sobre todo, al hacerme mayor y estar fuera del circuito".

Quienes visiten el Palacio de Velázquez podrán disfrutar de los cuadros de un artista "inclasificable", como le definió el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. La obra de Néstor, continuó, "tiene algo que escapa a las normas y a las tipologías del arte, que generalmente atienden a ser elementos abstractos ópticos o narrativos y que, en este caso, no son nada de eso". Así es. Néstor Sanmiguel permanece alejado de cualquier convención.

En su trabajo, como reseñan desde el centro de arte, son frecuentes las referencias a los ámbitos de la historia del arte, la literatura y la música, pero también a lo más cotidiano y ordinario al incorporar en sus piezas documentos, facturas o páginas de prensa. Se trata, en definitiva, de "una invitación a pasear por una selva de símbolos, un lugar plagado de silencios expresivos, en una negociación constante con aquello que se agolpa en los márgenes y que, con frecuencia, pasa desapercibido".

Lejos de articularse como una retrospectiva al uso, La peripecia del autómata consta de varias series ejecutadas en distintos momentos de la trayectoria de un artista cuya obra está influenciada en gran manera por el trabajo que desempeñó como patronista en una fábrica textil de la Ribera del Duero y que no dejó hasta el año 2000.

Cabe destacar que la muestra forma parte de un proyecto integrado por dos exposiciones: la citada en el Palacio de Velázquez y la que se abrirá próximamente en el Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco-Artium Museoa, con obras que, según el propio Sanmiguel Diest, "son un compendio de devaneos fuera de las normas".

Algo que también destacó Beatriz Herráez, la comisaria de la exposición: "Es imposible hacer una cronología de la obra de Néstor, siempre aparece algo que rompe el esquema". A su juicio, el del artista ribereño es "un trabajo de periferia en el discurso que se escapa a los cánones artísticos".

"El oficio de esquivar". Y es que en distintas ocasiones, Sanmiguel Diest se ha referido a su práctica como el "oficio de esquivar", una premisa que se materializa por diversos motivos. Mantiene su taller a las afueras de Aranda, alejado de los focos mediáticos y ajetreos de las grandes ciudades. No es su única forma de situarse en la periferia. También lo hace a nivel discursivo y material.

Recuerda, por ejemplo, que uno de los cuadros expuestos, Juan Carlos I, Spanish King, cuyo fondo se compone de monedas de 25 pesetas con la cara del monarca frotadas con grafito, le supuso una lluvia de críticas tanto de republicanos como de monárquicos. "Ni burla ni apoyo, siempre procuro moverme de una manera políticamente autónoma", aseguró en una conversación con Diario de Burgos, en la que defendió que sigue igual que siempre. "Nunca he ido de artista".