El comercio y la hostelería se han mostrado contrarios a las medidas del plan de ahorro energético del Gobierno central que afectan a sus respectivos sectores desde tuvieron conocimiento del mismo a principios de este mes. Lo tildaron de «ocurrencia» y la patronal del primero (FEC) advirtió de las particularidades de cada negocio a la hora de aplicarlas. Dentro de esas características, la asociación Centro Burgos pone el foco en aquellos locales emplazados en zonas peatonales declaradas de interés y actividad turística por parte de la Junta de Castilla y León, como ocurre en el caso del casco histórico.

Por este motivo, la asociación de comerciantes exige que «excepcionalmente» se pueda alargar el horario de apagado de los escaparates hasta las once de la noche, en lugar de a las diez como recoge el nuevo decreto, y dar así «posibilidad de decisión al empresario según sus necesidades y capacidades». En este sentido, considera que su petición se extiende más allá de la actividad comercial al tratarse de una cuestión «de seguridad y promoción tanto de la ciudad como de sus establecimientos».

Esta es una de las exigencias que incluye Centro Burgos en el escrito que remitirá esta misma semana al  Ayuntamiento y a los gobiernos autonómico y central y en el que también solicita que se «adopten con la misma urgencia» medidas que «contrarresten los efectos negativos del plan y equilibren la situación para los más perjudicados». En este sentido, considera necesario que se determinen cuáles son las actuaciones que pueden ser realmente efectivas y llevar a «un verdadero ahorro, sin agredir ni perjudicar por el camino, una vez más y muy gravemente, a la actividad empresarial y la productividad del comercio tradicional sobre todo en los entornos turísticos».

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