El avance de datos sobre la evolución de la pandemia vuelve a traer malas noticias para la provincia, donde ayer murieron otras siete personas por la enfermedad del coronavirus. Todas eran personas ingresadas en los hospitales de la provincia, en los que se han certificado 482 defunciones como consecuencia de la infección por SARS-CoV-2 desde marzo.

La mortalidad será el último indicador en manifestar mejoría, dado que siguen siendo muchas las personas con complicaciones tan graves como para requerir ingreso en planta o en la UCI (193 entre el HUBU, el Santos Reyes y el Santiago Apóstol y 36, respectivamente, con datos de ayer). En la primera oleada fueron necesarios casi dos meses de confinamiento estricto para reconducir la situación (el 14 de mayo fue el primer día sin defunciones por covid-19 en la provincia), pero ahora que el volumen de pacientes graves es tan alto, costará más llegar a un escensario sin mortalidad.

Ahora bien, en los datos epidemiológicos del avance que acaba de divulgar la Junta hay razones para el optimismo. Ayer se notificaron 74 nuevos contagios, una cifra menor a la de días previos y muy inferior a la de otros viernes. Esa es una buena señal, ya que a finales de semana siempre se produce una actualización de cifras que solía elevar de forma significativa el total de casos notificados. Habrá que esperar unos días para ver si este descenso se consolida y cómo repercute en las incidencias acumuladas, sobre todo en la capital.