50+1 años como cómplices de la fiesta

S.F.L.
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La peña Los Desesperaos de Briviesca cumple más de medio siglo desde que un grupo de jóvenes se juntara para animar las tradiciones. Preparan un programa especial

La peña Los Desesperados nació de la ilusión de un grupo de adolescentes ansiosos por celebrar de una manera diferente los festejos de Briviesca. Han llegado a formar parte unas 400 personas y ahora se mantienen en algo más de 300. - Foto: C.G Y A.A.

Reivindicativos hasta la médula, juerguistas y sobre todo comprometidos con su ciudad. Así se definen los miembros de la peña Los Desesperaos de Briviesca, la segunda más antigua -después de la de Nuestra Señora y San Roque- y la primera en admitir mujeres cansadas de permanecer en la sombra. Todo comenzó en 1971. Aún viviendo bajo la dictadura franquista, un grupo de jóvenes de entre 14 y 16 años quisieron dejar claro aquello de que la unión hace la fuerza.  

Radiaban ilusión por animar las fiestas y demás tradiciones de la ciudad y decidieron elaborar unas camisetas que les identificaría como agrupación. La primera amarilla con mangas verdes y una D en el pecho para pasar tiempo después a la blanca con una calavera, la mano de cada uno plasmada en la espalda con pintura negra y un cordón de cuero colgando de su cuello a modo de soga de una horca. «En la casa del Chole nos reuníamos para organizar las fiestas y tratar nuestros asuntos. Nos juntábamos tantos que resultaba imposible mantener la calma y más de una vez vino la Guardia Civil a llamarnos la atención», recuerda Cipriano Gómez, uno de los socios fundadores.

El papel de las féminas fue importante para que la peña no se quedara en un mero proyecto, y  pelearon por convertirse en un grupo importante en las celebraciones municipales. «Metimos mucha caña, protestamos y nos revelamos. Nosotras queríamos celebrar la fiesta como los hombres y nuestros amigos nos apoyaron para conseguirlo», explica Ana Arnaiz. En 1979 el grupo se legalizó como peña oficial y el atuendo se decidió por votación popular. «Las chicas teníamos la opción de lucir pantalón, falda o falda pantalón, que salió elegido con el mayor número de apoyos. Era cortita y muy moderna para la época y nos las fabricaba Mari la pantalonera, una modista de Briviesca. También vestíamos una blusa de cuadros blancos y verdes que las encargábamos en Miranda y que se quedó como la prenda característica del grupo y que todavía seguimos luciendo», añade.

A partir de ese momento organizaron actos durante los festejos patronales de agosto y alquilaron un local en el que ofrecían a los vecinos zurracapote. «Comenzamos elaborándolo para nosotros pero finalmente la gente lo demandaba, así que lo repartíamos», recuerda Gómez. Además de otras actividades programadas durante el mes de agosto, Los Desesperaos se caracterizan por participar activamente en la agenda cultural y de ocio y preparar talleres, eventos deportivos, teatro, juegos infantiles y torneos. «La chocolatada de la mañana del 15 de agosto se marcó como tradición y tenemos ganas de volver a retomarla. Cuando éramos chavales la hacíamos rayando el chocolate, ¡menudo trabajo!», expone Ana.

Asimismo, junto con Vicente Lumbreras, El Chelu, las peñas San Roque, Los Formidables y Los Tímidos apostaron por los encierros en Briviesca, que atraían público de todos los rincones de La Bureba y provincia. También de levantar el Carnaval y la romería de Santa Casilda.

Han pasado ni más ni menos que 51 años desde que un grupo de briviescanos con ganas de comerse el mundo se juntaran para avivar el ambiente de la ciudad. El año pasado no pudieron celebrar el medio siglo de vida de la peña pero este lo harán por todo lo alto. Pretenden retomar «clásicos que no se olvidan, como el reparto de zurracapote» y preparar algún acto significativo, aunque por el momento es todo un misterio.