El centro cívico será bioclimático con 2,3 millones invertidos

I.M.L.
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La rehabilitación busca reducir un 83% el consumo de energía del edificio con el uso de materiales como el adobe o el corcho

Aspecto que luciría la fachada principal del centro cívico Virgen de las Viñas, con una sola entrada y balconada en las dos plantas superiores, diseñadas con las normas de arquitectura solar pasiva. - Foto: meta 2020

La capital ribereña va a poder presumir de contar con el primer edificio público rehabilitado con criterios de bioconstrucción de España. El Ayuntamiento de Aranda ha presentado su proyecto de reforma integral del centro cívico Virgen de las Viñas al Programa de Impulso a la Rehabilitación de los Edificios Públicos (Pirep) del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana para poder sufragar los 2,4 millones de euros de esta obra casi en su totalidad. Para ello, se ha redactado un anteproyecto con las líneas básicas de esta iniciativa que, entre otras ventajas, tendrá una alta eficiencia energética, logrando una reducción de su consumo de energía del 83% y de sus emisiones de CO2 del 27%.

La intervención afectará tanto al exterior del inmueble, contemplando el edificio central y el pabellón deportivo, como a su distribución interior. «Se quitarían las espadañas, muy típicas del edificio pero que dan muchos problemas, se reducirían las puertas, dejando sólo una y se reorganiza el interior», apunta detalles la alcaldesa de Aranda, Raquel González, que pone el acento en convertir una «edificación energívora, consumidora excesiva de energía» en un «edificio prácticamente autosostenible».

La plasmación de la idea en planos y datos es obra de la empresa burgalesa Meta 2020, que ha volcado en el proyecto todos sus conocimientos y experiencia en arquitectura bioclimática. Una de las bases de esta propuesta es la utilización de «materiales naturales, de proximidad, sanos y vinculados a la economía circular» para la envolvente exterior del edificio, planteando la paja «en una zona eminentemente agrícola», la madera «de calidad de los pinares de la Sierra de la Demanda», el corcho «en una comarca vitivinícola donde se puede reciclar mucho de este material» y la cal, enumera el agente de Innovación del Ayuntamiento arandino.

También se plantea la colocación de una cubierta vegetal en gran parte del techo del pabellón deportivo y en las terrazas posteriores de la primera y segunda planta del centro cívico, con lo que se contribuirá a una mejor regulación térmica de ambos edificios. Para sumar a este objetivo, también habrá un jardín vertical en la fachada principal, que contará con unos corredores a modo de balconada que, además de favorecer la ventilación cruzada en el interior del edificio para controlar su temperatura por la noche, está diseñada «para que el sol del invierno penetre pero el de verano no», especifica la alcaldesa arandina, con lo que se aprovecha la luz solar de los meses más fríos y se evita el recalentamiento de los espacios en el estío.

Por mucho que pueda parecer atractivo este proyecto, González remarca que «no se va a hacer si no nos conceden la subvención». Del coste total, estimado en cerca de 2,4 millones, las ayudas a la rehabilitación podrían ascender a 1,8 millones, mientras que el resto del coste, lo que corresponde al derribo y desescombro de las estructuras a eliminar, supera los 600.000 euros, que tendrían que sufragar las arcas municipales. Este ambicioso proyecto tiene un plazo de ejecución estimado de 20 meses, pero no se prevé que las obras comiencen hasta dentro de dos años, una vez completados los trámites de redacción y licitación del proyecto, por lo que el inmueble no estaría listo de nuevo para su uso hasta marzo de 2026.