Solo ha conocido el oratorio personal de la reina Isabel La Católica y los recintos de clausura de La Cartuja de Miraflores. La Virgen de las Angustias que los cartujos custodian entre sus muros desde hace más de cinco siglos, cuando la reina de Castilla decidió regalársela al monasterio, ha  estado ubicada en la sala de capítulo, en la iglesia cuando formaba parte del espacio no visitable, en el oratorio personal del prior y, en los últimos años, en la capilla principal donde los religiosos rezan a diario. La talla flamenca de madera, dorada y policromada, solo ha salido de esa parte exclusiva del monasterio para su restauración en los años 90 del siglo pasado... Y ahora.

A partir del lunes esta virgen llorosa y de pelo dorado, que mantiene en su regazo a un cristo tras su paso por la cruz, un hombre de proporciones mucho más pequeñas que la de la madre que lo sujeta en su regazo, estará expuesta en el museo de La Cartuja. Sentada en un trono de grandes dimensiones, viste un enorme manto  dorado y negro que le cubre la cabeza y del que solo asuman sus pies. En una postura erguida, sus piernas y brazos sujeta el cuerpo muerto del crucificado.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)